Londres marea a la pesca europea

rita álvarez de tudela LONDRES / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

XOAN CARLOS GIL

El ministro de Medio Ambiente dice ahora que los extranjeros podrán seguir faenando tras el «brexit», aunque hace unos meses decía todo lo contrario

13 ago 2017 . Actualizado a las 09:07 h.

Las continuas contradicciones dentro del Gobierno de Theresa May hacen difícil a los pescadores europeos saber si podrán faenar libremente en aguas británicas tras el brexit. El ministro británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, Michael Gove, confirmó a los líderes de la patronal danesa que los barcos de pesca de la UE podrán operar con normalidad cuando Londres salga del bloque común, pero su postura como abanderado del brexit siempre ha sido insistir en que Reino Unido «retomará el control» tras su abandono de la política pesquera común.

Los expertos coinciden en defender la necesidad de seguir contando con la flota comunitaria, alegando que el Reino Unido no tiene capacidad suficiente para capturar y procesar el pescado en solitario. Sin embargo, el continuo baile de mensajes que da Gove provocó que desde el partido liberaldemócrata y el SNP escocés, ambos defensores de seguir en la UE, pidiesen a Londres una aclaración de la postura oficial, que por el momento no ha tenido respuesta.

Desde los liberaldemócratas, su portavoz, Tom Brake, subrayó que los comentarios de Gove muestran que sus promesas durante la campaña del referendo de la UE en materia de pesca «estaban siendo rotas», mientras que desde el SNP, el diputado por Banffshire & Buchan Coast, Stewart Stevenson, lamentó que el Gobierno «no defienda los intereses rurales de Escocia» y piden que se aclare la postura para la pesca, que, según datos oficiales, contribuyó con 604 millones de libras al PIB del Reino Unido en el 2015 y empleó a alrededor de 12.000 pescadores, mientras que la industria de procesamiento de pescado tuvo unos 18.000 puestos de trabajo en el 2016.

Donde dije digo, digo Diego

Hasta hace unas semanas, la postura de Gove era la retirada del Reino Unido de la Convención de Pesca de Londres (LFC), firmada hace 53 años y por la cual se permite a los barcos pesqueros de Francia, Bélgica, Alemania, Irlanda y Holanda faenar entre una zona de seis y doce millas de la costa de este país, y viceversa. La ruptura con este histórico acuerdo de pesca, que está en vigor desde 1964, fue vista como el primer paso para el abandono definitivo de Londres de la política pesquera común de la UE, pero ahora el Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA, por sus siglas en inglés) insiste en que su plan siempre ha sido permitir a otras naciones que tengan algún tipo de acceso a las aguas británicas.

Gove, en su reunión con representante de la industria pesquera danesa en la península de Jutlandia, reconoció que el Reino Unido «no tiene la capacidad de capturar y procesar todos los peces en las aguas británicas» y que, por ello, los barcos de los países del bloque común tendrán acceso después del brexit, según resaltó Niels Wichmann, responsable de la Asociación de Pescadores de Dinamarca. «Es un anuncio lógico, pero a la vez muy positivo y un poco sorprendente que llegue tan pronto en el proceso de negociación», reconoció Wichmann al final de la reunión, si bien descartó que Gove hubiese dejado claro si los barcos europeos tendrían las mismas cuotas o si serían menores a las actuales.

Desde la Federación Nacional de Organizaciones de Pescadores (NFFO), su director ejecutivo, Barrie Deas, explicó a La Voz cómo cuando el Reino Unido abandone la UE se convertirá en un estado costero independiente teniendo la responsabilidad total de la gestión de los recursos pesqueros dentro de su propio marco económico. «El acceso a los peces dentro de la zona del Reino Unido lo determinará el propio Reino Unido y este gestionará las poblaciones de peces compartidas en otros países y negociará nuevos acuerdos de acceso para sustituir a los actuales», explicó, además de destacar cómo con Noruega, la UE ya utiliza el principio de la vinculación zonal.

El economista y director del Instituto de Asuntos Económicos Philip Booth se alegra de que el Reino Unido pueda ser capaz de determinar los derechos de pesca en sus aguas tras el brexit. «Debemos abandonar la política pesquera común. Sin embargo, también debemos aplicar una política no discriminatoria de cuotas perpetuas negociables. La asignación inicial puede que sea problemática y que tenga algún trato de favor a los barcos británicos, pero después deben ser cuotas comerciables para que cualquier propietario británico las pueda vender a otro de otro país.

Greenpeace

Desde Greenpeace, la visión es bastante diferente, tal y como explicó a La Voz su asesor político Will McCallum, quien defendió que el acceso a los recursos pesqueros en aguas del Reino Unido, o en cualquier lugar, debería ser en base a criterios ambientales, sociales y económicos y como las empresas pesqueras que proporcionen empleos locales y hagan una pesca sostenible debe colocarse al frente de la cola, independientemente de la nacionalidad. «El Gobierno sabe de sobra que su promesa de tomar el control de nuestras aguas nunca significó la expulsión de los barcos extranjeros. Lo que quiere decir es que el Reino Unido ha modificado los términos en los que puede conceder acceso a los peces», explicó McCallum.

Un centenar de barcos, pendientes

La Xunta ha encargado dos informes para conocer el posible impacto que tendrá en el sector pesquero gallego la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Del primero, elaborado por el Instituto Universitario de Estudios Europeos Salvador de Madariaga, se desprende que ese divorcio afectará a más de 105 barcos gallegos que operan en Gran sol y las islas Malvinas, a alrededor de 1.700 tripulantes y pone en riesgo un volumen de negocio de unos 250 millones. Hace unos meses encargó otro informe a la Facultade de Ciencias Económicas e Empresariais da Universidade de Santiago para calcular el impacto económico. La economista Carmen García Negro es la encargada de preparar el estudio.