Las vacunas dibujan el mapa del comercio exterior asturiano

Noelia Rodríguez GIJÓN

ACTUALIDAD

Santi M. Amil

Más de 300 asturianos al año reciben dosis para incorporarse a un puesto en el extranjero, una tendencia que ha aumentado desde el inicio de la crisis. El servicio atiende a más de 4.000 pacientes

16 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Firmar el contrato, arreglar los papeles en la asesoría e ir a ponerse las vacunas. Ese es el procedimiento que cada vez más asturianos siguen antes de incorporarse a un nuevo puesto de trabajo. La crisis económica ha afectado a casi todo lo imaginable y entre ello también al Centro de Vacunación Internacional de Gijón. Por allí tienen que pasar muchos de los que deciden irse a otro país para iniciar un nuevo futuro laboral. Los asturianos ya no sólo emigran al Reino Unido o Alemania, sino que cada vez son más los que lo hacen a otros continentes. Y para irse a países asiáticos, africanos o americanos a veces es necesario ir con una, o varias, inyecciones puestas para evitar resultar afectado por alguna que otra enfermedad que aquí no son habituales. Algunos países los exigen incluso antes de entrar, para confirmar que los extranjeros no llevan consigo la infección. Cada año pasan por eso proceso más de 300 asturianos.

El Centro de Vacunación Internacional ha registrado un incremento de pacientes interanual del 7% en los últimos años, lo que se traduce en que si en 2012 vacunaron a 2.900 personas en 2016 la cifra pasó ligeramente de los 4.100. Hasta el 31 de julio de este año llevaban contabilizadas más de 2.400 personas, por lo que es fácil que los números de este año sean similares a las de 2006, incluso que las superen un poco. El crecimiento experimentado se debe a dos razones: cada vez más asturianos viajan a países de otros continentes y la recuperación económica supone que son más los que pueden permitirse vacaciones en este tipo de países, destinos que hace unos años habían perdido algo de fuelle. Precisamente la pérdida económica y la posibilidad de hacerse con contratos ventajosos fue lo que hizo que muchas empresas asturianas, especialmente ingenierías, miraran más lejos de nuestro país en busca de proyectos. Argelia, Chile, China son algunos de los que han acogido este tipo de trabajos y, en lugar de contratar únicamente a personas locales los asturianos decidieron sumarse a esa aventura.

Eso supone, además de viajes de miles de kilómetros y acostumbrarse a hablar con la familia a través de una pantalla de ordenador, tomar una serie de precauciones sanitarias. Muchos de estos trabajadores han de vacunarse contra el cólera o la fiebre tifoidea, por citar solo dos de las más comunes. Algunas son exigibles para poder hacer el viaje, como ocurre con la de la fiebre amarilla, y sólo pueden ser prescritas en el Centro de Vacunación Internacional o derivados por Atención Primaria, lo que ha hecho que se convierta en un espacio en que se puede tomar la medida de a dónde viajan los asturianos y porqué.

La otra principal razón de pasarse por aquí es para irse de vacaciones a países más lejanos y ser precavido es algo que cada vez hacen mejor los asturianos. «En general perciben el viaje como un riesgo, algo que no ven cuando van por Europa porque se asimila con España», explica  Carlos Pinto, jefe de servicio de sanidad exterior. Sin embargo eso no evita que a veces no se sea muy consciente de los pasos y plazos a seguir. Se han encontrado con casos de gente que reclama un hueco al día siguiente porque en dos días pone rumbo a Asia para pasar una semana. Ante esa situación poco pueden hacer en el centro. «Desde que te tomas la vacuna o te la pinchan hasta que tu cuerpo genera las defensas para esa enfermedad pasan varios días. Si lo dejas para última hora va a empezar a tener efecto cuando ya has vuelto y no tiene sentido», explica Pinto.

Vacunarse una mes antes de viajar

Por ello su recomendación es la de acudir al centro un mes antes del realizar e viaje para conocer qué vacunas ha de ponerse y cómo funcionan. Al margen de que las hay comestibles e inyectables las hay que se administran en dos tomas, con una semana de separación entre ellas, como es el caso de la del cólera. Además, Pinto recuerda que algunas pueden tener efectos secundarios en quien las recibe, que puede presentar cierto malestar después de haberlas tomado y «nadie quiere viajar estando mal». También hay que tener en cuenta la propia agenda del Centro, que no puede atender de forma inmediata a quienes llaman pidiendo una cita. Durante el año lo normal es que tenga que esperar una semana, pero en los meses de junio, julio y agosto, coincidiendo con la temporada estival y el momento en que la mayor parte de la gente se coge vacaciones, la espera se puede prolongar durante dos o tres semanas.