El falso yihadista de Róterdam es de Curtis

Francisco Espiñeira Fandiño
FRANCISCO ESPIÑEIRA REDACCIÓN / LA VOZ

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«Estaba en el lugar inapropiado a una hora inadecuada», admitió el jefe de policía antes de liberar a Juan V.

25 ago 2017 . Actualizado a las 09:41 h.

No era yihadista, era de Curtis. Un joven de 23 años originario de este municipio coruñés no olvidará la noche del 24 de agosto del 2017. Poco después de las siete de la tarde, Juan V. recibía el alto cuando circulaba en la furgoneta de la empresa para la que trabaja en Holanda. Circulaba por el barrio de Maasilo, en el sur de Róterdam y llevaba varios minutos dando vueltas buscando aparcamiento.

A esa misma hora, los servicios de seguridad holandeses habían recibido una alerta de la inteligencia española sobre una posible acción terrorista en su país con carácter inminente. El vehículo en el que se desplazaba Juan tenía matrícula española y fue revisado por los policías de Róterdam, que localizaron una bombona de gas en su maletero.

A partir de ese momento, la secuencia de hechos se desmadró. Con el recuerdo de lo ocurrido en Barcelona fresco, los policías intentaron que Juan explicara para qué transportaba la bombona en su maletero y que resultaba imprescindible para su desempeño como instalador de climatizaciones. El joven coruñés, que lleva cuatro meses trabajando en los Países Bajos, tiene unos conocimientos muy rudimentarios de neerlandés y poco más que algunas palabras en inglés.

En medio de la psicosis de un posible atentado, los agentes trasladaron a Juan a la comisaría de la ciudad. Inicialmente, como sospechoso de terrorismo y luego como supuesto autor de un delito contra la seguridad vial.

El trabajador pasó la noche en comisaría antes de prestar declaración nuevamente ayer por la mañana, ya con el auxilio de un abogado proporcionado por la empresa para la que trabaja. Juan pudo explicar que en ningún caso era terrorista, que se encontraba dando vueltas en la zona en la que fue detenido para aparcar su furgoneta y pasar la noche en el alojamiento en el que pernoctaba y que el único alcohol que había consumido el día anterior era una cerveza al mediodía.

«Estaba en el lugar inapropiado a una hora inadecuada», admitió Stef Blok, el ministro de Interior y Seguridad holandés al anunciar en una comparecencia pública la desvinculación de Juan de cualquier complot terrorista.

Aún le quedaban al coruñés unas horas por delante en comisaría antes de ser puesto en libertad sin cargos a primera hora de la tarde. Los investigadores le retuvieron el móvil para hacer comprobaciones adicionales, así como otros documentos.

A Juan le perjudicó además la detención de un holandés, Jim F, un estudiante de Seguridad Integral que lanzó una amenaza de atentado integrista a través de Telegram, una red de mensajería instantánea. «Ese es un idiota», dijo el jefe de policía.