Macron arremete contra Polonia

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

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DIMITAR DILKOFF | afp

Acusa a Varsovia de ponerse al margen de la UE al rechazar su reforma de la directiva sobre trabajadores desplazados y Beata Szydlo lo califica de «arrogante»

26 ago 2017 . Actualizado a las 09:04 h.

La tensión entre Francia y Polonia aumentó varios grados, después de la arremetida de Emmanuel Macron contra el Gobierno de la ultraconservadora Beata Szydlo. «Polonia no es en absoluto lo que define el rumbo de Europa», afirmó el presidente galo. En el centro de la polémica está el deseo del francés de endurecer la directiva sobre los trabajadores desplazados, la cual permite enviar a empleados a otros países de la Unión Europea pagando las cotizaciones sociales que en el país de origen. Macron quiere con esa reforma proteger los empleos franceses, pero se encuentra con la negativa del Gobierno polaco. Varsovia comete «un nuevo error» que le deja «al margen» de Europa, afirmó.

Beata Szydlo respondió con igual crudeza. «Aconsejo al presidente que se ocupe de los asuntos de su país, así logrará quizá obtener los mismos resultados económicos y el mismo nivel de seguridad para sus ciudadanos que los que garantiza Polonia», replicó la ultraconservadora. Tras calificar las duras declaraciones de Macron de «arrogantes», recordó que «Polonia es tan miembro de la UE como Francia». El ministro de Exteriores, Witold Waszczykowski, fue más allá y afirmó que «la economía francesa no es en este momento capaz de competir con las economías vibrantes de varios países, incluida Polonia».

Giro autoritario

Además de las fricciones sobre la directiva de los trabajadores desplazados, Macron también criticó el giro autoritario que ha dado Polonia desde que el partido, Ley y Justicia (PiS) llegó al poder. «El pueblo polaco merece algo mejor», lanzó el dirigente europeísta durante su visita ayer en Bulgaria, la última parada de su gira de Europa del Este, de la cual Polonia quedó excluida.

La política euroescéptica de Szydlo no podría diferir más de la del francés y desde su llegada al Gobierno en noviembre del 2015 no ha dudado en fustigar la UE, a la que llama «la vieja Europa». Desde Bruselas, la deriva ultraconservadora se ve cada vez con más preocupación, especialmente después de que Jaroslaw Kaczynski, fundador del PiS, lograse en julio obtener luz verde del Parlamento para poner fin a la independencia del poder judicial.

La cita de Macron en Bulgaria puso fin a su gira por los países del Este para promover su reforma de la directiva de los trabajadores desplazados. El centrista considera que actualmente la norma «propone un marco muy débil, conduciendo a las empresas francesas a contratar en Francia a ciudadanos de países de bajo coste». Tras recorrer Austria, Rumanía y Bulgaria y entrevistarse además con los mandatarios checo y eslovaco, la campaña de Macron no ha cosechado grandes éxitos. Mientras que Viena apoya la posición gala, la República Checa y Eslovaquia tienen sus reservas. El presidente checo, Bohuslav Sobotka, aseguró que debatirán «para llegar a un acuerdo de aquí a octubre» y su homólogo eslovaco, Roberto Fico, añadió que están «cerca» de conseguirlo.

En cuanto a Rumanía, Macron ofreció su apoyo a la entrada del país en el espacio Schengen, siempre que este sea reformado. «Tenéis todo el derecho de solicitar vuestra integración en Schengen, estoy totalmente abierto a ello», concedió.

Polémica por la factura de 26.000 euros en maquillaje del presidente

Al presidente de la República francesa le persigue la polémica. Esta semana es su factura de maquillaje. El diario francés Le Point reveló el jueves que, desde que tomó posesión, el pasado 14 de mayo, Macron ha gastado 26.000 euros en servicios de maquillaje, una cifra que ha encendido las redes sociales.

Los internautas crearon en Twitter el hashtag #maquillagegate donde reprochaban al dirigente centrista «untarse en la cara» lo que es salario mínimo anual. Otro mencionaban la «indecencia» de tal gasto, mientras que «los franceses tienen que apretarse el cinturón» y se recorta las ayudas a la vivienda.

El Elíseo tuvo que salir al paso y explicar que tuvieron que «recurrir a un proveedor en urgencia», Natacha M. la maquilladora del presidente durante la campaña, quien presentó dos facturas de 10.000 y de 16.000 euros. El Gobierno precisó además que se trata de un gasto que espera «reducir significativamente».

Otros usuarios de Twitter se alegraron con sorna de haber elegido al presidente más joven de la historia de Francia (39 años), comparando sus gastos con los de sus predecesores ya que, pese a lo desorbitada que pueda parecer la factura, el aspecto de Macron está lejos de ser el más caro. La maquilladora de su predecesor, François Hollande, cobraba 6.000 euros al mes, según publicó Vanity Fair, y la de Nicolas Sarkozy, 8.000.

Por el momento no han salido a la luz los gastos de Macron en peluquería. Cuando Le Canard Enchaîné reveló el año pasado que Hollande destinaba 9.895 euros al mes en arreglarse la cabellera, más de un francés pensó que le tomaban el pelo.