El dinero virtual ya capta adeptos en Asturias

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCIÓN

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Un empleado de la Bolsa de Nueva York, ante la pantalla con los resultados de las acciones de Ford, Eli Lilly, Pfizer y UPS
Un empleado de la Bolsa de Nueva York, ante la pantalla con los resultados de las acciones de Ford, Eli Lilly, Pfizer y UPS BRENDAN MCDERMID | Reuters

La única organización asturiana dedicada a las divisas virtuales como el bitcoin, con apenas tres meses de trayectoria, ya aglutina a más de un centenar de personas, en su mayoría centrados en la especulación

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Las criptomonedas son el futuro. Es inevitable», asegura Alex Fernández, un joven de 21 años de Oviedo que puso en marcha en junio la primera y única organización asturiana dedicada a las nuevas monedas virtuales. En apenas tres meses, Asturias Bitcoin y Criptomonedas, que es como se llama la organización, ya aglutina a más de un centenar de personas. «La primera reunión fue en julio y la segunda la celebraremos el próximo 22 de septiembre, en El Manglar», indica Fernández, que estudia mercados bursátiles y que lleva cuatro años siguiendo con sumo interés todo lo relacionado con las monedas virtuales y la tecnología que las rodea. 

«Al principio no sabía que existían grupos en España que se dedicaban a este tema y que celebraban meetups (encuentros informales) hasta que descubrí uno en León y contacté con ellos. Me derivaron al grupo de Santander y allí me animaron a crear uno en Asturias», explica. A la primera reunión, asistieron casi una treintena de personas. Entre ellas, un asturiano que había creado el grupo de Canarias y que le contó que al primer encuentro que organizó allá solo fueron seis personas. «No sabes lo que te vas a encontrar, pero la acogida ha sido bastante buena», dice Fernández. 

El grupo está abierto a asturianos y a gente de fuera de Asturias, así como a entusiastas del mundillo ya iniciados y a quienes se quieren iniciar en él. De hecho, en la próxima reunión, uno de los puntos del orden del día, será organizar un taller de iniciación en las criptomonedas. «En Asturias no hay demasiados usuarios, pero sí hay gente que está muy interesada», explica. Los perfiles son muy diversos: estudiantes de informática, empresarios, abogados, jubilados… «La mayoría están muy centrados en la especulación, que es el uso más primario y fácil, en vez de en la tecnología que tiene detrás. La especulación es solo la punta del iceberg», dice Fernández.

El bitcoin fue la primera moneda virtual en aparecer en 2009, pero desde entonces han surgido cientos de ellas. Ethereum, Ripple, Litecoin, Peercoin, Namecoin o Nem son solo algunos de los nombres. El bitcoin, según recuerda Fernández, tenía la capitalización de todas las criptomonedas en 2016. Hoy tiene algo menos de la mitad. 

«Cuando baja un valor, en vez de vender rápidamente, lo que hay que hacer es comprar»

«Incluso hay países como Estonia que han creado su propia criptomoneda y la mano derecha de Putin en tecnología también está trabajando en una. Salen a puñados», explica Fernández, que no obstante recuerda que China acaba de poner freno a las llamadas ICOs, que son las ofertas iniciales de lanzamiento de nuevas criptomonedas que funcionan como un crowdfunding. «La regulación en España va más retrasada, pero en China, Rusia y Estados Unidos por ejemplo ya lo están regulando. En varios países se están poniendo las pilas para que no haya estafas y también para sacar provecho del tema», indica. Precisamente la prohibición de China ha supuesto un importante revés para estas nuevas economías y, como una de las características de las criptomonedas aparte de su descentralización (no dependen de ninguna organización ni país) es su volatilidad, en apenas tres días el bitcoin por ejemplo ha pasado de tener un valor de casi 5.000 dólares a 4.200.

«Son muchos cambios y hay que andarse con ojo y saber donde te metes», indica Fernández, que explica que existen varias plataformas en las que adquirir criptomonedas, que luego se administran desde una billetera virtual. «Es el nuevo trading», asegura, aunque dice que los perfiles de los nuevos traders (inversores) en todas las plataformas son muy jóvenes y novatos. «No es nada parecido a los de la bolsa tradicional y además el mercado se comporta de otra manera. Todos los días ves cómo, en cuanto baja un valor, ya están vendiendo rápidamente cuando lo que hay que hacer es comprar, justo lo contrario». 

Aplicación del blockchain para evitar manipulaciones en cuentakilómetros

La tecnología con la que se han creado las criptomonedas tiene además otras aplicaciones en diversos ámbitos que nada tienen que ver con la especulación. «Otros de los puntos que vamos a tocar en la próxima reunión es crear un equipo de trabajo para dividir la organización en dos partes. Por un lado, una informativa para organizar cursos de iniciación y, por otro, una que sirva para ponerse a trabajar en temas especulativos, pero también de tecnología blockchain», explica Fernández. Blockchain, que en inglés significa cadena de bloques, es una tecnología que funciona como un base de datos descentralizada, participativa y, tan sofisticada, que es completamente segura porque la información nunca se pierde al estar integrada por una red sincronizada que crece cada día. Y, por ello, ha supuesto y supondrá toda una revolución digital. 

«Blockchain es el 'libro' público en el que se registran las operaciones de Bitcoin a través de una red de ordenadores distribuida (P2P) llamados nodos por orden cronológico. Estos nodos son los encargados de registrar dichas operaciones como si de un libro de contabilidad estuviésemos hablando. Es descentralizado y anónimo pero todos los datos son públicos facilitando el rastreo de carteras o transacciones», matiza Fernández, que participó hace unos meses en un proyecto en el que, a través de esta tecnología, se quería hacer llegar las criptomonedas a países en vías de desarrollo «de manera que no tuvieran que recurrir a los bancos». 

En el próximo encuentro del día 22 de septiembre, también pondrá sobre la mesa el proyecto que la asturiana Fundación CTIC, que hoy precisamente ofrece una sesión técnica sobre el blockchain en Oviedo Emprende, está desarrollando en su laboratorio blockchain para que no se manipulen los cuentakilómetros de los coches. «La tecnología blockchain también se está aplicando, con el uso de smart contract (contratos inteligentes), para ayudar a los refugiados», recuerda Fernández. En Finladia, por ejemplo, es uno de los métodos empleados para su inclusión social.