El equinoccio da paso al otoño

Xavier Fonseca Blanco
Xavi Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

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La meteorología es una ciencia de sensaciones y, aunque no lo crea, hemos tenido un verano cálido y seco

22 sep 2017 . Actualizado a las 20:06 h.

El verano 2017 está a punto de consumirse. Una estación que algunos gallegos no tardarán mucho en olvidar. El régimen de vientos de componente oeste, que han predominado durante los últimos meses, dejaron en demasiadas ocasiones un cielo con nubes bajas que impedían el paso normal de los rayos de sol y fastidiaban los planes de playa. En otras palabras, ha sido flojo. Pero la meteorología es una ciencia de sensaciones y, aunque no lo crea, hemos tenido un verano cálido y seco. Abundante humedad pero poca precipitación. Además, en el interior de la comunidad no se han enterado de ese tiempo tan desapacible que ha deslucido el verano en las provincias atlánticas. El aire procedente del océano llegaba seco a Lugo y Ourense, donde las jornadas soleadas han ganado por goleada.

Este viernes, a las 22.02 horas, estaremos ya en otoño. Un término que procede del latín autumnus y cuyo significado explica «que llega la plenitud del año» en referencia a que la vegetación alcanza la fase final de su ciclo. En ese precioso instante ocurre que el sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste y pasa a tener declinación negativa. Es el momento del equinoccio, otra palabra latina que quiere decir: «Día igual a noche». Sin embargo, no es cierto que hoy tengamos las mismas horas de luz que de oscuridad. Coincidiendo con este evento astronómico, la línea que separa el día de la noche sí se sitúa de forma vertical pero eso no lleva implícito que se iguale la duración. «Lo que pasa es que este viernes se hace de día cuando asoma la primera parte del sol pero la estrella tiene que retirarse del todo para hacerse de noche. Además la luz interacciona con la atmósfera y sus rayos se desvían, provocando que siempre veamos una posición aparente y real del astro. Todo esto hace que el día sea unos minutos más largo» explica el astrónomo Borja Tosar. Exactamente, hoy tendremos doce horas y doce minutos de luz y no será hasta el 26 de septiembre, cuando se registren doce de día y las mismas de noche. A partir de esa fecha, será la oscuridad la que comience a ganar terreno a la luz provocando que las jornadas sean cada vez más cortas. Algo que seguro ya estarán notando. El ocaso se produce ya sobre las 20.30 horas. Por cierto, también habrán caído en la cuenta de que hoy no es 21, que es el número que muchos asocian con los cambios de estación. Durante todo este siglo, el otoño arrancará o bien un 22 o un 23 de septiembre. Estas modificaciones son una consecuencia de la existencia de los bisiestos. Un invento de los seres humanos para ajustar el calendario al movimiento de la Tierra alrededor del sol, que tampoco es una cifra redonda. Nuestro planeta completa una órbita en 365 días y 6 horas. Sin bisiestos, en el futuro sería posible celebrar las Navidades en verano.