EE.UU. retira a la mitad de sus diplomáticos de Cuba tras varios ataques misteriosos

Agencias

ACTUALIDAD

Alexandre Meneghini | Reuters

Suspende la emisión de visados y pide a sus ciudadanos que no visiten la isla

29 sep 2017 . Actualizado a las 21:04 h.

Estados Unidos ordenó este viernes la retirada de todo su personal no esencial en su embajada en Cuba, que supone «más de la mitad» de sus funcionarios allí, y suspendió indefinidamente la emisión de visados tras los extraños «ataques» sufridos por al menos 21 estadounidenses destinados en la isla. Alega no poder garantizar su seguridad. Pide, además, a sus ciudadanos que no visiten la isla. 

El Departamento de Estado no ha confirmado todavía que dichos ataques se produjeran con un dispositivo «acústico», como afirman varios medios estadounidenses, que aseguran que algunos de los afectados sufrieron lesiones cerebrales traumáticas leves y pérdida de audición a raíz de los incidentes. Las víctimas experimentaron síntomas como «problemas en el oído, mareos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir», indica la alerta estadounidense.

Ambos Gobiernos siguen investigando los sucesos. Washington no descarta la posibilidad de que un tercer país haya podido estar implicado, según un alto funcionario estadounidense que pidió el anonimato, al ser preguntado por la posibilidad de que Rusia sea responsable. La Habana, por su parte, niega toda responsabilidad en los hechos y asegura que por ahora no existe «evidencia alguna» que confirme las denuncias sobre el presunto «ataque acústico».

Las relaciones se mantienen

«La decisión de reducir nuestra presencia diplomática en La Habana se ha tomado para asegurar la seguridad de nuestro personal -aclaró el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson-. Mantenemos las relaciones diplomáticas con Cuba, y nuestro trabajo allí sigue estando guiado por los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos». Debido a la reducción del personal, los servicios que proporcionará la embajada estadounidense en la isla estarán limitados a aquellos de urgencia.

Aunque EE.UU. insiste en que la relación oficial entre ambos países se mantiene, la retirada de sus funcionarios supone el mayor varapalo hasta ahora en la reciente relación bilateral, y trae para los cubanos un regusto amargo sobre el futuro. Lo ocurrido no solo tensa las relaciones a nivel diplomático, sino que repercute una vez más en los cubanos de a pie, que ven desvanecerse los sueños de prosperidad que pensaron que traería el deshielo. Supone, además, una bofetada a la diplomacia cubana, uno de los orgullos de la isla, que ha insistido hasta la saciedad en que cumple escrupulosamente con la Convención de Viena respecto a la protección del personal diplomático destinado en su territorio, y en este caso particular, esgrime que no hay ninguna prueba que apunte a Cuba como responsable.

Lo cierto es que los «ataques» sufridos por personal estadounidense abrieron un escenario sin precedentes en las relaciones, porque hechos tan graves como los denunciados por EE.UU. no se produjeron ni durante los peores momentos de las cinco décadas de enconado enfrentamiento que mantuvieron los dos países. Si bien en los años de la Guerra Fría la presión sobre el escaso personal diplomático mutuo era común, no hay documentado ningún caso de daños físicos como los señalados por EE.UU. en este incidente.

Cuba ve «precipitada» la decisión

El Gobierno cubano juzgó este viernes como «precipitada» la decisión de Estados Unidos de retirar a su personal diplomático y limitar la emisión de visados. La directora de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, consideró que esta decisión va a afectar a la relación bilateral, aunque reafirmó la voluntad de su gobierno de continuar «la cooperación activa entre las autoridades de ambos países». «Para el esclarecimiento total de los hechos será esencial tener y contar con la participación e involucramiento efectivo de las autoridades estadounidenses», señaló en la primera reacción del Gobierno de Cuba a la decisión del Departamento de Estado. Insistió en que la isla no tiene responsabilidad alguna con los hechos que se alegan y que cumple seria y rigurosamente sus obligaciones con la Convención de Viena en lo que respecta a la protección de diplomáticos.

De momento, Estados Unidos no responsabiliza directamente al Gobierno cubano de los daños a la salud de su personal.