Desvelado el origen del misterio del oro

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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El metal preciado fue expulsado del manto, a más de 70 kilómetros de profundidad, tras el movimiento de las placas terrestres

21 oct 2017 . Actualizado a las 09:52 h.

El oro, como los demás minerales, procede del espacio. De eso no hay duda. Incluso esta semana los científicos han podido confirmar mediante una observación directa que son las kilonovas, las explosiones producidas tras la fusión de dos estrellas de neutrones, la principales fuentes de emisión de elementos muy pesados como el oro y platino. Pero una vez formados los planetas, como la Tierra, ¿cuál es el origen de este metal preciado? De la corteza terrestre es de donde se extraen los minerales, aunque los expertos sospechan desde hace tiempo que no es en la capa más próxima a la superficie de donde surge. Su mayor foco de emisión debería de proceder de una mayor profundidad aún, de entre 70 y 100 kilómetros por debajo de la superficie, directamente del manto. Es la hipótesis que se planteaba, aunque no existían pruebas directas que pudieran confirmarla y resolver el misterio. Ahora sí.

Un equipo internacional de científicos de Australia, Francia, Chile y Argentina, entre los que también se encuentra el investigador de la Universidad de Granada José María González Jiménez, ha documentado el primer registro de oro encontrado bajo Sudamérica, en la Patagonia argentina, a más de 70 kilómetros de profundidad, justo debajo de donde se encuentra uno de los mayores yacimientos auríferos del planeta. Las muestras son, en realidad, granos microscópicos, del grosor de un cabello, localizados en xenolitos, pequeños fragmentos procedentes del manto terrestre que alcanzaron la superficie a causa de las erupciones volcánicas. Pero son una prueba directa.

«Nunca se había encontrado una evidencia directa. Se había sospechado, pero nunca se había visto oro procedente del manto», explica González Jiménez, investigador Ramón y Cajal del departamento de Mineralogía y Petrología. La investigación se acaba de publicar en la revista científica Nature Communications.

Nuevos yacimientos

Aunque no ha participado en el trabajo, Juan Ramón Vidal Romaní, catedrático emérito de Geodinámica Externa de la Universidade da Coruña, considera que su principal novedad «es que se trata de oro nativo y no combinado con otros elementos químicos». «El oro -explica- es expulsado desde el interior del manto hacia la superficie de la Tierra por los procesos magmáticos asociados al movimiento de las placas».

En el caso del oro del yacimiento del Macizo del Deseado, en la Patagonia, su historia se remonta a 200 millones de años atrás, cuando Sudamérica y África formaban un solo continente. «Su separación -apunta González Jiménez- se debió a un ascenso del manto profundo o pluma mantélica, que rompió la corteza, mucho más frágil y delgada, generando la separación de los continentes. El ascenso de esta pluma profunda generó una verdadera fábrica química que enriqueció de metales el manto, generando las condiciones para que en un nuevo movimiento, esta vez de una capa tectónica bajo otra, esta zona enriquecida sea la fábrica generadora de yacimientos de oro, gracias a la circulación de fluidos ricos en metales a través de fracturas, que los precipitan y concentran cerca de la superficie terrestre».

La nueva evidencia científica podría servir para detectar nuevos yacimientos auríferos al combinar la cartografía en cuatro dimensiones que se realiza en la corteza con la indagación de las profundidades del manto.