Una imagen que resume un escenario apocalíptico en Portugal

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IAGO GARCÍA

La impresionante cortina de humo en el municipio portugués de Marinha Grande le dio la vuelta al mundo

23 oct 2017 . Actualizado a las 09:48 h.

La fotografía que ve quizás le resulte conocida. Decenas de miles de personas la han compartido en Facebook. Y la cuenta de la ONU en Twitter contra el cambio climático la publicaba el pasado domingo como ejemplo de calor infernal y contaminación por humo. Es la freguesía portuguesa de Vieira de Leiria, en el concello de Marinha Grande. Allí, en esta localidad costera en el centro del país vecino está una base de la Fuerza Especial de Bomberos para la que trabaja su autor, Hélio Madeiras. Le pongo cara en la red social que lo ha convertido en el hombre trending topic de Portugal. Posa con el helicóptero del que desciende como rescatador en graves accidentes y naufragios. En verano lo hace pero para luchar contra las llamas. Así desde hace 12 años. Sobre una de las imágenes, sobreimpresionada, una cita de Steve Jobs: «La única manera de hacer un buen trabajo es amar aquello que haces». 

«Eran las tres de la tarde y el fuego había empezado a unos 15 kilómetros. Pasada menos de una hora, subí las escaleras de la torre de vigilancia. Me puse a hacer fotos y el fuego ya estaba encima del pueblo», detalla por teléfono. Estos días le llaman periodistas de todo el mundo y las televisiones portuguesas se agolpan en su cuartel. Acostumbrado a ser héroe anónimo, le sorprende: «Después de subirla, nos obligaron a desplazarnos al norte, todo estaba ardiendo y no tuve internet... cuando al final del día consigo acceder a mi perfil es cuando soy consciente de todo», añade.

El peor día de su vida

Este año quedará grabado en la memoria de Hélio Madeiras. A fuego. Nunca mejor dicho. En junio estuvo en el peor incendio de la historia reciente de su país, el que en un fin de semana mató a más de 60 personas, precisamente en el distrito de Leiria. «Estuve trabajando tres días consecutivos, pero nos basamos en protocolos de actuación e intentas no dejar nada a la improvisación», cuenta restándole importancia. Pero hace una semana fue distinto. Por primera vez, pidió a sus superiores librar en una situación de emergencia: «Mi mujer es bombera y estaba trabajando precisamente en el incendio que tenía delante. No fue fácil abandonarla a ella, a mi hija y a mi tierra. Tenía que ir a trabajar, pero lo hice extremadamente preocupado. Es lo peor que recuerdo en los últimos tiempos».