Muere una turista española durante un tiroteo en una favela de Rio

Agencias

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La policía disparó contra el vehículo en el que viajaba la mujer después de que el conductor se saltase un control

23 oct 2017 . Actualizado a las 22:29 h.

Una turista española falleció este lunes al recibir disparos de la policía cuando el vehículo en que viajaba se saltó un control próximo a la mayor favela de Río de Janeiro, donde se registran intensos tiroteos desde hace varias semanas, informaron fuentes oficiales.

La española fue identificada como María Esperanza Jiménez Ruiz, de 67 años, confirmó la Secretaría de Seguridad de Río de Janeiro. Se trata de una empresaria del sector inmobiliario de El Puerto de Santa María (Cádiz), donde es muy conocida, según han informado fuentes municipales.

Jiménez y otros turistas circulaban en un vehículo Fiat la mañana del lunes cuando «rompieron el bloqueo policial» situado en el Largo do Boiadeiro, una zona típica de comercios en la Rocinha, de acuerdo con un comunicado de la Policía Militar (PM).

La policía disparó contra un vehículo y «durante el abordaje verificó que se trataba de un vehículo para el transporte de turistas».

La española resultó herida y llegó a ser trasladada a un hospital próximo en la zona sur de Río, donde falleció, de acuerdo con las mismas fuentes.

De acuerdo con medios de comunicación locales, además de Jiménez, se encontraban en el vehículo otros tres españoles -entre ellos un hermano de la víctima y su mujer-, un italiano y un guía.

La Rocinha, con una vista privilegiada sobre una de las playas más turísticas de Río, está ubicada en un cerro que divide los barrios residenciales de Sao Conrado y Gavea, y sobre la única avenida que comunica la zona sur y la oeste de la ciudad, por lo que es estratégica tanto para los narcotraficantes como para el tránsito.

A mediados de septiembre, decenas de narcotraficantes intentaron invadir la barriada para hacerse con el control del tráfico y la venta de drogas en la favela y expulsar a la facción criminal que la domina, lo que se tradujo en una semana de intensos tiroteos que sembraron el pánico entre sus habitantes.

Dos policías heridos

En los enfrentamientos ocurridos este lunes también han resultado heridos dos policías. Según las primeras informaciones difundidas por las prensa local, uno de ellos fue herido en la cabeza, mientras que el otro recibió un impacto de bala en el tórax. Los dos agentes patrullaban una zona de la favela conocida como 199 cuando fueron atacados.

Tal como viene ocurriendo desde el 17 de septiembre, cuando comenzó la ola de violencia en la favela, los vecinos de Rocinha relataron en las redes sociales la gravedad e intensidad del tiroteo. También lo hicieron los alumnos de una universidad vecina.

La escalada de violencia en Rocinha empezó el mes pasado y tiene desde entonces aterrorizados a los vecinos del lugar. La favela es famosa por estar ubicada en la acomodada zona sur de Río, entre los barrios de Gávea y Sao Conrado.

Las autoridades estiman que la guerra por el control de la favela comenzó cuando Antonio Bonfim Lopes, conocido como Nem da Rocinha, el líder de la principal banda criminal de la favela y preso desde hace años, dio la orden para que su grupo recuperase el control del narcotráfico local.

Desde entonces, la favela, que en el último censo (2010) oficial tenía 70.000 habitantes -aunque otras fuentes sostienen que viven hacinadas el triple de personas- asiste a constantes tiroteos que obligaron al Gobierno nacional a enviar a 950 soldados de las Fuerzas Armadas para sitiar el lugar.

El Ejército dejó el barrio después de una semana a fines de septiembre, pero aunque disminuyeron los tiroteos, el enfretamiento entre grupos criminales no acaba de ser controlado por las autoridades.

La violencia ha aumentado en la segunda ciudad del país (6,5 millones de habitantes) tras los Juegos Olímpicos de 2016, el último de los grandes eventos deportivos celebrados en los últimos años en Brasil.

Debido a los problemas, el Gobierno del presidente Michel Temer aprobó a fines de julio el despliegue de 10.000 soldados y otros efectivos de cuerpos de seguridad en Río, que permanecerán en la ciudad hasta 2018.