Hasta cuatro años de cárcel por insultar a Erdogan

Patricia Alonso ESTAMBUL / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

HANDOUT | Reuters

El artículo 299, que recoge este tipo de pena, se incluyó en el código criminal turco en 1926

02 nov 2017 . Actualizado a las 07:32 h.

«Erdogan es un dictador fascista». Esta declaración de Bulent Tezcan, diputado del partido republicano CHP, le costó el martes una denuncia por «insultar al presidente». No es un caso aislado. Los abogados de Recep Tayyip Erdogan han iniciado más de 46.000 procesos legales contra personas acusadas de difamar al presidente turco, según datos del Ministerio de Justicia, en el 2016. Finalmente 1.080 personas fueron condenadas bajo el artículo 299.

La ley que permite perseguir a aquellos que difamen al jefe de Estado es casi tan ambigua como antigua. El artículo 299 se incluyó en el código criminal turco en 1926 y recoge penas de hasta cuatro años de cárcel

Ley ambigua

Anteriores presidentes, como Abdullah Gül, se han aprovechado de la ambigüedad del texto -no especifica qué es considerado un insulto- para utilizarlo contra diarios y periodistas críticos con el Gobierno. Pero es el actual presidente quien ha aplicado la ley con más mano dura, dejando claro que nadie le falta al respeto ni en la privacidad de sus hogares.

Los casos que más atención mediática han recibido son aquellos relacionados con menores. En mayo del 2015 dos niños de 12 y 13 años fueron detenidos en el sur de Turquía por arrancar dos pósters de Erdogan, que según ellos pretendían vender. Por ello les pidieron penas de más de dos años de cárcel. Unos meses más tarde, en medio de las tensiones por la nueva convocatoria de elecciones en noviembre del 2015, otro menor de 14 años fue detenido por criticar al presidente en su cuenta privada de Facebook.

En Turquía no se libran del escrutinio presidencial ni las misses. El pasado año, Miss Turquía 2006 fue detenida por compartir un poema crítico con el presidente en su cuenta de Instagram. Ese mismo año también se emprendieron acciones legales contra un humorista alemán y contra el jefe de la cafetería del diario Cumhuriyet por decir que no serviría té al presidente. Algunos casos destacan por su extravagancia. A principios del 2016, la prensa local publicó que un camionero había denunciado a su propia esposa por cambiar de canal cada vez que salía Erdogan en la televisión. Ella le pidió el divorcio. 

Recientemente el capitán de una fragata fue detenido cuando, a causa del fervor producido por el alcohol, tomó el mando de la radio e insultó al presidente. Sus superiores alegaron que solo era culpable de «ser alcohólico».