Los soberanistas son incapaces de cerrar una candidatura unitaria

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira LA VOZ EN BARCELONA

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Quique García | EFE

ERC rechazó la lista única al desmarcarse la CUP y plantea ahora un frente común aunque vayan separados al 21D

08 nov 2017 . Actualizado a las 00:12 h.

Era lo más probable y así ocurrió. El 21D no revivirá la coalición independentista de Junts pel Sí, y cada partido que apoya la supuesta república tendrá su propia candidatura y programa. Todo a pesar del esfuerzo y las exigencias de las dos grandes asociaciones civiles, Òmnium Cultural y ANC, de que los separatistas fuesen bajo unas solas siglas.

En unos días se sabrá qué movimientos hubo en una negociación que todos los partidos confirmaron, pero ahora mismo parece que solo PDECat era firme defensor de la coalición. Esquerra se mostró inicialmente en contra de una conjunción de fuerzas -entendiendo que su posición preeminente siempre quedaría empequeñecida al unirse a otros- y solo tras la insistente oferta de PDECat y las asociaciones ciudadanas pareció aceptar algún acuerdo, pero en el que necesariamente tendría que integrarse la CUP. Esta formación asamblearia nunca pareció favorable al escenario de unidad, y de hecho todavía hoy no se sabe si realmente se presentará a las elecciones.

El castillo de naipes de esa gran lista «de país» que reclamaba Puigdemont desde Bruselas se derrumbó este martes en el momento en que la CUP se desmarcaba de la idea. La agrupación explicó que el domingo su militancia tendrá que decidir, primero, si se presentan a los comicios y, después, en qué formato: con una coalición CUP-CC como la de las anteriores elecciones, es decir, la Candidatura de Unidad Popular (CUP) y la Crida Constituent (CC); con un acuerdo político de un frente de izquierdas; o a través de una lista ciudadana al margen de los partidos.

Una vez que la CUP cerró las posibilidades de acuerdo, Esquerra hizo lo propio. Su portavoz, Sergi Sabrià, reconoció que «ante la imposibilidad de formar una candidatura realmente unitaria» (con la CUP), la lista única no era una opción. Lo que baraja ahora la formación política es «trabajar en la creación de un frente común desde candidaturas diferenciadas».

El PDECat, por su parte, tiene ahora que recomponer su estrategia, ya que esta se basaba en un trabajo en equipo frente al 155. «El electorado [soberanista] no entendería que las fuerzas independentistas se presentasen con listas separadas», decía ayer mismo su portavoz en el Congreso, Carles Campuzano.

Y mientras, Podem -o lo que queda de Podem después de la dimisión de ocho de los 25 miembros del consejo ciudadano de la formación en apoyo a Albano-Dante Fachin- ha decidido dar su apoyo a Catalunya en Comú en una reedición de En Comú Podem. Las bases de la formación morada votaron desde el pasado día 1 si iban o no con el grupo de Ada Colau y Xavier Domènech, y aprobaron la coalición un 72 % de los participantes, que fueron el 60 % de los inscritos.

El grupo escindido de Podem y liderado por Fachin reconoció que la falta de tiempo les ha impedido organizar una coalición. Y añadió: «La trampa que no podemos hacernos es dividirnos entre independentistas y no independentistas porque hay una amenaza peor», lo que denominó «autoritarismo» del Estado.