Los motivos por los que Laura ha abandonado «Gran Hermano Revolution»

V. Brey REDACCIÓN

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La sevillana ha decidido irse de la casa de Guadalix de forma voluntaria solo cinco días después de volver a ser concursante de pleno derecho

15 nov 2017 . Actualizado a las 13:30 h.

Gran Hermano Revolution ha perdido a otro concursante más. La sevillana Laura ha decidido abandonar voluntariamente la casa de Guadalix después de unos días de tensión con sus compañeros motivados por una prueba semanal que ha acabado con la paciencia de los concursantes.

Laura Velasco ha abandonado solamente cinco días después de volver a convertirse, junto a su mejor amiga en la casa, la ribeirense Miriam, en concursante de pleno derecho. Ambas habían sido expulsadas en semanas previas, pero habían vuelto a la casa por decisión de los espectadores a través de la app de Gran Hermano Revolution. Una semana después (el pasado jueves), la audiencia decidía volver a incorporarlas como concursantes con derecho al premio a cambio de la expulsión fulminante de otros dos habitantes de la casa: Cristian F. y Miguel.

La jornada del martes, en la que decidió abandonar Gran Hermano Revolution, la sevillana acabó enfrentándose con prácticamente toda la casa, incluidos sus dos grandes apoyos en el concurso: Miriam y Hugo, con quienes protagonizó el momento más tenso. Y todo por culpa de la prueba semanal.

Una prueba... ¿aburrida?

El regreso al concurso de las chicas coincidió con la nueva prueba semanal de Gran Hermano Revolution: Divididos en tres equipos (uno azul, uno rojo y un amarillo), cada grupo tenía que estar atento las 24 horas del día de un panel con tres pantallas circulares y pulsarlas cada vez que aparecía el color de su equipo.

La prueba no era difícil. Solo requería constancia y concentración. Y su mayor complejidad residía en los turnos de cada concursante y en las horas de sueño interrumpidas. Al conocerse su funcionamiento, las redes sociales se indignaron con el reto, que parecía aburrido y carente de interés. Pocos se imaginaban que la casa iba a saltar por los aires como consecuencia de su dinámica.

Buena parte de los concursantes fueron constantes y rectos con el cumplimiento de la prueba, sobre todo en los primeros días, aunque el fin de semana ya empezaban a verse las primeras tensiones.

Después de dos turnos en los que se habían producido casi la mitad del centenar de fallos permitidos, la gallega Miriam abroncó a sus compañeros por la falta de compromiso y provocó una de las mayores discusiones de esta por lo general tranquila edición del programa de convivencia.

Aunque la reprimenda de la ribeirense tuvo sus efectos, y enderezó un poco el cumplimiento de las condiciones impuestas por la organización de Gran Hermano Revolution, algunos aprovechaban la mínima para escaquearse.

En el grupo azul, al que pertenecían las propias Laura y Miriam, el vigués Rubén y el uruguayo Hugo, habían establecido turnos de dos horas, una cadencia que dos de ellos se saltaron a la torera durante la madrugada del lunes al martes.

La sevillana se comió prácticamente una hora de su turno, y el vigués, que entró justo a continuación de ella, hizo 20 minutos menos, y convenció a los de los otros equipos que compartieron prueba con él a hacer lo mismo.

Al día siguiente, Hugo y Miriam, cumplidores en todo momento con sus turnos, se dieron cuenta de que las cuentas no cuadraban. Y el uruguayo acusó a la sevillana de escaquearse de la prueba.

Enfadada, Laura decidió acudir al confesionario para comunicarle a la organización de Gran Hermano Revolution que decidía unilateralmente abandonar la prueba semanal, aunque nunca llegó a entrar en el habitáculo.

La actitud de la sevillana acabó con la paciencia de sus mayores apoyos. Tanto Hugo como Miriam arremetieron contra ella por perjudicar a sus propios amigos en la casa con el amago de abandono de la prueba. La discusión, que ya empezó caliente, siguió subiendo de tono a medida que pasaba la mañana y, hundida, la joven se fue a la habitación llorando, mientras sus compañeros seguían con la prueba.

Laura, según le comentó a otra de sus amigas en la casa, Mina, estaba disgustada por la actitud de Miriam y Hugo. Y, poco después, decidió acudir al confesionario.

Nunca volvió. Sus compañeros, dado el tiempo que había pasado desde que entró, comenzaron a desconfiar, y algunos supusieron que había decidido abandonar.

Poco después el Súper les sacaba de dudas: Laura había abandonado Gran Hermano Revolution solo cinco días después de habérsele dado la oportunidad de volver a ser concursante y, además, después de que por su entrada tuviera que salir un concursante.

Sus compañeros pidieron explicaciones y desde la organización fueron tajantes: «Habéis convivido con Laura y sabéis de primera mano sus sentimientos».

Un resultado desastroso

Solo un poco tiempo después, el Súper aprovechaba la salida voluntaria de Laura para informarles sobre la resolución de la prueba, y de paso darles una reprimenda. «Os habéis distraído mucho», les dijo, «no es fácil estar pendiente mientras se está cantando, se está bailando, y es difícil apretar los botones si estáis acostados encima de la mesa con las manos en los bolsillos, y todavía es más difícil si se abandona el Cubo».

Los concursantes, que tenían permitidos solamente 100 fallos, hicieron un total de 4.544, de los que 1.914 fueron obra del grupo azul, el de Laura, Rubén, Miriam y Hugo. «Vuestra única motivación es hacer el mínimo esfuerzo», les reprendió el Súper, «llevamos nueve pruebas, de las cuales habéis suspendido seis».

¿Nominación disciplinaria?

Aunque no lo ha dicho, el Súper les ha explicado que las pruebas son obligatorias y que, aunque se sepa que la prueba está perdida, tienen que seguir haciéndola, sin que puedan en ningún momento abandonarlas.

La organización podría, por lo tanto, tomar medidas contra los concursantes de Gran Hermano Revolution después de ver la falta de compromiso del grupo con las actividades obligatorias, que podrían ir desde una multa a una nominación de todos los habitantes de la casa de forma disciplinaria.