Las claves para ver la superluna

Mario Seijas / D.S.

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Su tamaño será un 14% más grande y un 30% más brillante que de costumbre

03 dic 2017 . Actualizado a las 19:27 h.

Este domingo se podrá ver la Luna de mayor tamaño del 2017. El domingo tres de diciembre toca preparar la cámara fotográfica para inmortalizar la que será la Luna más grande y resplandeciente de todo el año. Ese día, aproximadamente a las 16:48 de la tarde, el satélite entrará en fase de Luna llena y la distancia entre el centro de la Tierra y la Luna será de 357.495 kilómetros. Es el momento en el que más cerca están el uno del otro en todo el año, y será la noche que más grande se verá la Luna en el firmamento.  

¿Qué es?

El satélite recibe el nombre de superluna cuando la Luna llena o nueva se encuentra en el perigeo durante el recorrido de su órbita elíptica. Se llama perigeo al momento en el que un cuerpo natural o artificial que gira alrededor de la Tierra se encuentra a la distancia más cercana del centro terrestre en su órbita elíptica. Lo que esto ocasiona, es que la Luna parezca más grande y más brillante vista desde la Tierra. 

Los cálculos de distancia entre la Tierra y la Luna han avanzado a pasos agigantados gracias a las misiones «Apolo», que entre los años 1969 y 1974 situaron en la superficie lunar varios retro-reflectores para llevar a cabo su estudio. La función de estos dispositivos era reflejar a la Tierra un rayo de luz láser que se enviaba desde las instalaciones de la NASA. Durante 41 años los científicos han estado recogiendo todos estos datos, que les han ayudado a determinar la distancia entre la Tierra y su satélite con un margen de error de solamente 3 centímetros. Gracias a este sistema sabemos que la Luna se aleja de la Tierra 3,8 centímetros cada año; si hacemos el cálculo, desde que se empezó el estudio hasta hoy, la Luna se ha alejado de la Tierra más de metro y medio.

Cómo disfrutarla al máximo 

Para disfrutar del fenómeno no es necesaria ningún tipo de protección ocular, ni tampoco prismáticos o telescopios. La mejor forma de disfrutarla es a «ojo desnudo», aunque sí que existen recomendaciones para aprovechar al máximo el momento.

La meteorología

Hay que evitar las nubes. Los días previos a la superluna es recomendable estar muy atento a las previsiones meteorológicas, el fenómeno se disfruta más cuando el cielo está despejado y si se tiene una visión directa del horizonte.

Mejor fuera que dentro

Hay que huir de las ciudades. Los expertos recomiendan alejarse de núcleos urbanos para disfrutar del fenómeno con mayor claridad. Los lugares con un alto índice de contaminación lumínica impiden apreciar la intensidad con la que brillará el satélite durante la superluna. Lo mejor es alejarse de las ciudades y observarlo desde un lugar más oscuro y a ser posible, más elevado.

Buenos escenarios

 Preparando objetivos. Para los amantes de la fotografía, esta superluna es lugar de parada obligatoria. El satélite mostrará una superficie plana y no se podrán observar rasgos del relieve lunar, ya que la luz solar incide de manera directa sobre la luna. Además, el paisaje nocturno se iluminará más de lo habitual, haciendo muy atractiva la práctica de la fotografía nocturna con la Luna como protagonista.

Cómo afecta a la Tierra

Además de ser un hermoso fenómeno astronómico, esta superluna, afectará a las mareas, al comportamiento de algunos animales nocturnos y al crecimiento de las plantas. La Luna llena es el momento más propicio para cosechar, retirar el estiércol de los corrales y sembrar árboles frutales. Durante la fase de Luna llena, las plantas cuentan con una mayor cantidad y movimiento interno de agua y savia. No es conveniente cortarlas en esta fase lunar, pues al haber mucha agua dentro de las plantas, las hormonas que promueven el enraizamiento (auxinas) estarán muy diluidas y no ayudarán a estimular la emisión de raíces, perjudicarán su crecimiento. 

La influencia de la Luna llena con los cambios bruscos de mareas también es objeto de amplio análisis, pues de esta fase lunar dependen directamente fenómenos naturales como los terremotos o las mareas vivas.