Llega a la calle el pulso entre los dos «presidentes» de Honduras

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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Humberto Espinoza | efe

Hernández y Nasralla se proclaman ganadores de los comicios

29 nov 2017 . Actualizado a las 07:30 h.

Continúa el culebrón electoral en Honduras, donde el lento escrutinio de las actas de votación por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) mantiene con vida a dos autoproclamados presidentes electos. Tanto el actual mandatario, el derechista Juan Orlando Hernández, como el candidato apoyado por una coalición predominantemente de izquierdas, Salvador Nasralla, aseguran ser los ganadores de la contienda y no han dudado en convocar a sus seguidores en las calles para hacer exhibición de fuerza.

Poco han cambiado los resultados oficiales con respecto a los anunciados el lunes. Nasralla sigue en cabeza con cinco puntos y 96.000 votos más que Hernández, tras haber sido escrutadas el 57,94 % de las mesas. El TSE prevé dar los resultados finales el jueves y se resiste a ofrecer cifras parciales, en lo que la izquierda entiende como un intento de fraude por parte del oficialismo, que controlaría el organismo electoral, según sus críticos.

La tendencia, según el recuento de las actas en poder del gobernante Partido Nacional, se invierte cuando se cuenta el voto rural, que favorecería al actual mandatario. «Los datos que nosotros tenemos demuestran que Juan Orlando lleva más de cinco puntos de ventaja», señaló ayer el designado presidencial Ricardo Álvarez. Horas antes, Marcos Ramiro Lobo, convertido en magistrado estrella del TSE, al menos para la izquierda, decía que Nasralla seguía liderando el recuento con el 70 % de los votos escrutados.

El presentador de televisión convocó el lunes por la tarde a sus seguidores frente a las oficinas del tribunal electoral. Allí se congregaron centenares de personas, la mayoría seguidores del partido Libertad y Refundación (Libre) del ex presidente izquierdista Manuel Zelaya, depuesto en 2009 tras un golpe de Estado por sopesar consultar a los hondureños sobre su reelección y el principal socio de la Alianza contra la Dictadura de Nasralla. «Viene una nueva era democrática para el país. La Alianza derrotó a la dictadura, el pueblo quiere cambios y Salvador no los va a defraudar», dijo el ex mandatario.

El Partido Nacional, mientras tanto, digería la sorpresa por el resultado parcial, interpretado por los politólogos como un castigo de los hondureños a la intención de Hernández de reelegirse, una actitud que provocó el golpe hace ocho años, aunque ahora ha sido permitida por la justicia tras un polémico fallo. Hernández no dudó, en cualquier caso, en convocar a sus seguidores a las calles en la noche del lunes. «No se acaba hasta que se acaba» y «cuatro años más» fueron las consignas lanzadas en apoyo a un mandatario popular en parte de la población por haber reducido la violencia.

Los observadores internacionales pidieron calma a la población. La misión de la Unión Europea criticó deficiencias en la comunicación del TSE por el lento recuento y la falta de anuncios. La calle, mientras tanto, sigue caldeándose.