Maduro arresta a los dos responsables máximos del petróleo en Venezuela

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

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Marco Bello | reuters

Las detenciones forman parte de un ajuste interno entre las facciones del régimen

01 dic 2017 . Actualizado a las 06:50 h.

Eulogio Del Pino y Nelson Martínez han venido ocupando desde el 2015 y rotando entre ellos las dos posiciones más importantes de la industria petrolera venezolana: ministro de Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), respectivamente. Hace apenas una semana el presidente, Nicolás Maduro, prescindió de ambos para nombrar, en los dos cargos, a un general de la Guardia Nacional, Manuel Quevedo. Y ayer, en lo que es el revolcón político más importante en casi 20 años de revolución bolivariana, ambos fueron detenidos por los delitos de peculado doloso propio, legitimación de capitales, asociación para delinquir y uso indebido de sistemas de información, además de daños a la industria petrolera del país. Todo ello en el marco de una campaña, iniciada por el propio Maduro, para «adecentar» la empresa, que ha perdido este año casi un millón de barriles diarios de capacidad de producción.

La campaña se interpreta desde fuera del Gobierno como un intento del mandatario de limpiar la imagen del Ejecutivo y como una maniobra para sacar de puestos de poder muy rentables a una de las facciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela con el fin de ponerlos bajo el mando directo de Maduro y su más cercano colaborador, el vicepresidente Tareck El Aissami. Este último afirmó el miércoles que el candidato del partido de Gobierno para las elecciones de 2018 es el propio presidente pese a que es extremadamente impopular.

El cambio ha sido tan brusco que la página web de Petróleos de Venezuela aún afirma que Martínez es el ministro de Petróleo, cargo que ocupó hasta la semana pasada. Y desde hace días, se viene diciendo insistentemente en Venezuela que el objetivo principal de la purga es Rafael Ramírez, el embajador venezolano ante la ONU y zar plenipotenciario petrolero del chavismo hasta el 2014, como ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, quien ha venido distanciándose progresivamente de Maduro. Tanto Del Pino como Martínez eran cercanos a Ramírez, a quien a su vez se vincula con el entorno de Diosdado Cabello, número dos del chavismo y «amistad peligrosa» del presidente. El miércoles, se rumoreaba insistentemente que Ramírez había sido destituido de su cargo, una destitución que fue anunciada por Reuters y que fue desmentida por el propio diplomático horas después.

Fuentes cercanas al Gobierno señalaron a La Voz que la destitución es un hecho, pero que Maduro está buscando la manera de efectuarla, pues Ramírez se encuentra en Nueva York. Se afirma, también con insistencia, que ya tiene un trato con el Gobierno de Estados Unidos para convertirse en informante en casos de corrupción.

En febrero de 2016, la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, inició una investigación contra Ramírez por presuntos desfalcos en PDVSA. En ese momento, el Tribunal Supremo de Justicia prohibió investigar al Parlamento señalando que era peligroso para el país adentrarse en la corrupción de la petrolera. Es una de las razones por las que el Supremo ha anulado al Legislativo opositor, que siguió investigando el caso, por desacato a sus decisiones. Ramírez, según la oposición venezolana, manejó a su entera discreción más de 750.000 millones de dólares del bum petrolero de la década pasada, del que Hugo Chávez disfrutó y que contrasta con la durísima situación actual de Venezuela, que se refleja en una industria petrolera quebrada y sin capacidad para cancelar sus deudas, como ha reconocido el nuevo presidente de PDVSA, quien pidió ayer mismo «algo de paciencia» a sus acreedores.

La purga, ejecutada por militares, coincide con el inicio en Santo Domingo de una nueva ronda de conversaciones entre el Gobierno y la oposición y a la que, según reconocieron por separado, las dos partes acuden con bajas expectativas de consenso.