Honduras se asoma a una crisis similar a la del golpe en el 2009

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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ORLANDO SIERRA | afp

La tensión ha estallado: los partidarios de Nasralla tomaron las calles para dejar claro su desacuerdo con lo que consideran un pucherazo

02 dic 2017 . Actualizado a las 10:36 h.

Entre barricadas, manifestantes tirando palos y piedras, saqueos y cargas policiales. Así amanecieron ayer las principales ciudades de Honduras. La tensión ante el incierto resultado de las elecciones del pasado domingo terminó por estallar. El país continúa con dos autoproclamados presidentes electos: el actual mandatario, Juan Orlando Hernández, y el opositor Salvador Nasralla, tras un apretado escrutinio que dura ya casi una semana.

Tegucigalpa, la capital, se despertó ayer con varios trancones compuestos por palos, basura y mobiliario urbano en llamas, tras varias horas de enfrentamientos entre los seguidores de la Alianza Opositora contra la Dictadura de Nasralla y las fuerzas del orden. Quienes protestan intentaron llegar a la sede del Tribunal Supremo Electoral (TSE), donde se lleva a cabo el recuento. Al menos una persona ha resultado muerta en La Ceiba, una ciudad del norte, y las autoridades registran una veintena de heridos, según filtró Reuters. Varios negocios fueron saqueados tanto en la capital, Tegucigalpa, como en San Pedro Sula, y algunas vías relevantes fueron cortadas. Los manifestantes llegaron a quemar zonas de peaje.

Las protestas comienzan a parecerse a las desatadas tras el golpe del 2009, cuando el ex presidente izquierdista, Manuel Zelaya, fue depuesto por sugerir una consulta popular sobre su reelección. El entonces mandatario lidera ahora Libertad y Refundación (Libre), la principal agrupación de la alianza bajo la que se presenta Nasralla y sus seguidores son uno de los grupos más numerosos entre quienes protestan. «El TSE le metió fuego a Honduras con los datos manipulados que publicó contra Nasralla. El pueblo está en las calles defendiendo lo que decidió en las urnas», escribió el expresidente en Twitter.

Todas las miradas apuntan, efectivamente, al poder electoral. Los opositores acusan a los magistrados de estar conchabados con el Partido Nacional de Hernández y creen haber sido objeto de un fraude electoral, principalmente mediante la introducción en el sistema de actas falsas o con inconsistencias. Los ánimos acabaron de caldearse después de un anuncio en el que el TSE afirmaba haber finalizado el recuento ordinario. Los resultados favorecían a Hernández, que registraba el 42,92 % de los votos por el 41,42 % conseguido por Nasralla. La diferencia entre ambos sería de apenas 46.641 votos. David Matamoros, presidente del TSE, anunció que en las horas siguientes comenzaría un recuento especial de las 1.031 actas con inconsistencias, entre las que se cuentan aquellas con errores en la suma de votos, borrones o falta de firmas. Ese escrutinio se haría frente a fiscales de los partidos en liza y observadores internacionales y podría durar un par de días.

Hernández llamó a esperar los resultados finales y a «no caer en la provocación de la izquierda.