Arranca la campaña de las elecciones más atípicas celebradas en democracia

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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La convocatoria de elecciones al amparo del artículo 155 provocó manifestaciones en Cataluña
La convocatoria de elecciones al amparo del artículo 155 provocó manifestaciones en Cataluña JUAN MEDINA | Reuters

Cataluña se juega su futuro en unos comicios históricos llenos de incertidumbres

04 dic 2017 . Actualizado a las 07:22 h.

Unas elecciones autonómicas convocadas por el Gobierno central. Un expresidente de la Generalitat huido de la Justicia y haciendo campaña desde Bélgica. Dos listas con candidatos imputados por rebelión. Una autonomía con sus poderes limitados por la aplicación, por primera vez en democracia, del artículo 155 de la Constitución. Unos comicios que se celebran un jueves y a solo tres días de la Nochebuena. La campaña electoral de las elecciones más atípicas de la democracia, en las que Cataluña se juega su futuro, arranca esta noche llena de incertidumbres, no solo en lo que afecta al resultado, sino también al nuevo escenario político que se abrirá el 21D.

¿Habrá mayoría independentista?

Las especiales circunstancias en las que se celebran estas elecciones hacen que los sondeos sean menos fiables que nunca y que sea imposible saber si los partidos independentistas reeditarán la mayoría absoluta de la que disfrutaban hasta ahora. Las encuestas indican que el coste del fallido procés puede hacer que esa mayoría dependa de un solo escaño. Y, al margen de ello, pude darse el caso, que ya ocurrió en los anteriores comicios, de que el independentismo gane en escaños pero pierda en votos.

¿Repetirán los partidos secesionistas el pacto de Gobierno actual?

Ni siquiera en el caso de que los partidos independentistas (Junts per Catalunya, ERC y CUP) alcanzaran la mayoría absoluta en escaños, está garantizado el pacto secesionista. Tanto ERC como Junts per Catalunya son reacios a dejar el futuro Gobierno en manos de un partido impredecible y políticamente inflexible como la CUP, al que responsabilizan de los errores cometidos por la precipitación en el desarrollo del proceso independentista.

¿Es posible una mayoría constitucionalista?

Si se engloba en ese grupo solo a Ciudadanos, PSC y PP, se antoja casi imposible que puedan alcanzar la mayoría por sí mismos, porque ello implicaría un improbable trasvase de voto independentista a alguno de estos tres partidos. Aunque todo indica que Catalunya en Comú, la fuerza en la que se integra Podemos, perderá representación, su voto resultará clave, en caso de que el independentismo pierda la mayoría, para decidir si habrá continuidad o cambio.

¿Habrá unidad entre los constitucionalistas?

El resultado de las elecciones puede provocar una ruptura entre los partidos que han apoyado la aplicación del artículo 155 de la Constitución. La pretensión del líder del PSC, Miquel Iceta, de postularse como el futuro presidente de la Generalitat, incluso en el caso de obtener menos votos que Ciudadanos, elevaría la presión sobre el partido naranja en caso de que los números dieran para un Ejecutivo no independentista. Si el PP apoyara la propuesta de que Iceta fuera el candidato constitucionalista, impidiendo que lo fuera Inés Arrimadas, podría poner en peligro el apoyo de Ciudadanos al Gobierno de Rajoy en Madrid.

¿Puede un prófugo de la justicia ser elegido presidente de Cataluña?

Esa es la apuesta de Carles Puigdemont, al margen de que gane o no las elecciones. La posibilidad de que ERC se plegara a esa propuesta, si dan los números, abriría un grave conflicto sin precedentes en Europa, y más si, como parece probable, Puigdemont fuera encarcelado en caso de regresar a España para tomar posesión de su escaño.

¿Cómo afectará lo que ocurra al futuro de Podemos?

La decisión que tome Catalunya en Comú, sea la que sea, provocará una ruptura en Podemos. Si apoya o permite un Gobierno independentista, eso le pasará factura en el resto de España, en donde amplios sectores de Podemos están en contra de esa posibilidad. Y si, por el contario, apoyara o permitiera un Gobierno encabezado por Ciudadanos o PSC, provocaría un fuerte rechazo en los sectores nacionalistas y anticapitalistas de la formación.

El 21D abrirá paso a un nuevo escenario político, al margen de cuál sea el resultado 

Sea cual sea el resultado de las elecciones catalanas, el consenso generalizado es que a partir del 21 de diciembre se abrirá un nuevo escenario, tanto si hay un ejecutivo independentista como si son los constitucionalistas los que se ponen al frente de la Generalitat. La constatación de que la vía de la independencia unilateral conducía a un callejón sin salida que hacía inevitable la aplicación del artículo 155 de la Constitución ha forzado a los partidos secesionistas a replantearse su estrategia futura. Más allá de que el acatamiento de la Constitución de los exconsejeros encarcelados fuera una maniobra de defensa, tanto ERC como Junts per Catalunya son conscientes de que, en caso de que obtuvieran la mayoría, no es posible que el futuro Gobierno vuelva a la casilla de salida para declarar de nuevo la independencia, entrando así en un bucle de suspensión de la autonomía. La nueva estrategia del independentismo pasaría por tratar de incorporar a Catalunya en Comú a un acuerdo para exigir la celebración de un referendo pactado manteniendo la presión en la calle, más que en el Parlamento. Por el contrario, en caso de que hubiera un Gobierno constitucionalista se abriría la puerta a una negociación con el resto de partidos catalanes para tratar plantear una propuesta conjunta del Parlamento catalán que supusiera una ampliación del autogobierno de Cataluña y una mejora de su financiación. Un acuerdo que se antoja muy difícil entre los propias fuerzas catalanas, y que tendría también complicado salir adelante en el Congreso.

El juez decide hoy si pone o no en libertad bajo fianza a los exconsejeros y a los Jordis

El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena notificará hoy a los ocho exconsejeros catalanes y a los líderes de ANC y Òmnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, su decisión sobre si les mantiene en prisión o acuerda ponerles en libertad bajo fianza, como ya hizo con la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, y los miembros de la Mesa de la cámara acusados también de un delito de rebelión. Los diez encarcelados confían en su puesta en libertad toda vez que el pasado viernes se acogieron a la misma vía que Forcadell con el argumento de que acatan el 155 de la Constitución, aunque en algunos casos, como el del exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, introduciendo numerosos matices que pueden poner en riesgo su puesta en libertad. Tanto la Fiscalía como la acusación popular que ejerce el partido Vox solicitaron al juez que se mantenga la prisión preventiva como media cautelar para todos ellos al entender que hay riesgo de fuga y también de reiteración en el delito.

La dirección de la CUP dimite para iniciar un proceso de renovación tras los comicios

Los quince miembros del Secretariado Nacional de la CUP notificaron a la militancia su decisión de abandonar este órgano ejecutivo para abrir un «proceso de renovación» que afronte el período que se abrirá tras las elecciones del 21 de diciembre. Según informó la formación antisistema, «el Secretariado Nacional entiende que las elecciones del 21 de diciembre son el último reto que afronta como equipo de trabajo, después de 18 meses de labor colectiva». Aseguran que ese era el período que se habían marcado para encabezar la organización en agosto pasado y que este es el mejor momento «para que la organización se dote de un nuevo equipo de militantes que afronten los meses venideros con todo el impulso necesario». Ese cambio no significa, explica la CUP, «que parte de los actuales miembros del Secretariado Nacional no puedan presentarse, bien sea en la candidatura colectiva o de forma individual, en el proceso interno de renovación» que se inicia ahora.