El juez Taín vuelve a su instituto para alertar sobre Internet
12 dic 2017 . Actualizado a las 08:54 h.«¿Antes de suscribiros leísteis eso que pone 'acepto'? No, ¿verdad? Pues dentro de veinte años alguien buscará pornografía en cualquier país del mundo y las fotos que estará viendo serán las que hoy enviáis en traje de baño, en calzoncillos o en sujetador. Habéis cedido los derechos de uso de todos los contenidos. Estáis en el salvaje oeste y nadie puede protegeros». Así de crudo planteó el juez José Antonio Vázquez Taín a los alumnos del IES As Lagoas de Ourense el riesgo de no medir lo que comparten en las redes sociales. El juez, que volvió a su antiguo instituto para una tarde maratoniana, en la que primero habló con los adolescentes y luego con los padres, explicó las dificultades que afrontan los jueces y la policía para investigar algunos delitos por la negativa de los propietarios de estos servicios a facilitar el acceso a los dispositivos. Les habló de su experiencia personal, de «niños que han acabado suicidándose», de otros que han desaparecido y de la pederastia. Y en este último caso sorprendió especialmente a los chicos. «El 80 % de la pederastia en Internet no es de niñas, es de niños», les dijo.
Pero el juez no se limitó a hablar de ciberdelincuencia. Intentó que ellos mismos cayeran en la cuenta de que algo no encaja en el paraíso virtual. Les preguntó si habían pagado algo por las aplicaciones que tenían en el teléfono y ante el no rotundo y unánime, les mostró, con el apoyo de titulares de prensa, las cantidades multimillonarias que se han desembolsado por la compra de WhatsApp o Instagram. «¿Por qué creéis que alguien pagaría tantos miles de millones por algo que no les da rendimiento?», preguntó. Ante el silencio, él mismo respondió: «Todo es gratis porque la mercancía eres tú. Tus contenidos, tus datos, les reportarán beneficio en un momento determinado y esa foto que tú te haces frente al teléfono y que te daría vergüenza que vieran tus padres, está accesible a mucha gente que no conoces», les dijo.
En la charla posterior con los progenitores, el juez les recordó su deber de velar por la seguridad de los menores en el espacio virtual igual que en el físico.