Rajoy y Rivera se vuelcan en Cataluña para arañar el voto de los indecisos

Francisco Balado Fontenla
fran Balado MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

BENITO ORDOÑEZ

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantienen un perfil más discreto en la campaña

14 dic 2017 . Actualizado a las 07:57 h.

La campaña entra en su recta final y los partidos buscan arañar los votos de los indecisos. Con unos resultados tan apretados, algo en lo que coinciden todas las encuestas, no resulta extraño que los partidos aprieten al máximo. «Los últimos días cada vez son más decisivos: antes no decidían nada, la gente tenía claro el voto, ahora ya no», apunta un miembro de la dirección del PP que ha participado en multitud de campañas. Dice que se trata de un fenómeno especialmente acusado en estos comicios, en los que puede haber un gran porcentaje de indecisos; por supuesto, siempre dentro de cada bloque.

Con este escenario y con todo lo que hay en juego, los grandes líderes de los partidos se vuelcan en la recta final para atraer a los que todavía tienen dudas.

MARIANO RAJOY

El hombre del 155. Rajoy ha logrado abrir huecos en su apretada agenda para visitar hasta en siete ocasiones Cataluña durante la campaña. En un almuerzo privado con periodistas, el candidato popular, Xavier García Albiol, ya adelantó que exprimiría todo lo que le permitiesen al jefe del Ejecutivo como el gran artífice de haber concedido a los catalanes la oportunidad de votar y devolver a la normalidad institucional y económica a Cataluña. El hombre del 155. Y así está siendo. Rajoy acompañó a su candidato a la Generalitat durante su presentación. Unos días después volvió para completar un paseo por Castelldefels. También participó en una comida de partido en Lérida. Ayer, tan pronto como acabó de responder sus tres preguntas de la sesión de control al Gobierno, abandonó el Congreso para poner rumbo a Barcelona, en donde visitó las bodegas de Freixenet e inauguró la nueva sede de su partido en Badalona. El domingo participará en un acto multitudinario en Salou, y el lunes y el martes, coincidiendo con el cierre de campaña, también los pasará en Cataluña. No volverá a Madrid hasta el miércoles, jornada de reflexión en la que tiene marcado un acto navideño de partido en la sede central.

En el PP confían en voltear los discretos resultados que auguran los sondeos. Se lanzarán a pedir el voto con especial atención en las provincias menos pobladas. Sobre todo en Lérida, aunque también en Tarragona y Gerona, al tratarse de circunscripciones en las que el último diputado en juego está bailando entre el PP y la CUP. Así, proclaman que son los depositarios del voto útil del constitucionalismo, ya que podría darse la circunstancia de que algunas de las papeletas para C’s acaben en saco roto y, con ello, los restos deriven en un escaño para los antisistema. Algo que, con lo apretado que está todo, podría inclinar la balanza del Parlamento catalán hacia el lado independentista. Y, además, una forma de tratar de frenar la sangría de votos del PP hacia Ciudadanos

Albert Rivera

Volcado en Cataluña. Su caso es muy particular, tanto por sus raíces como por los orígenes del partido. Este sábado estará en Barcelona con Vargas Llosa y Manuel Valls. El domingo pedirá el voto junto a Inés Arrimadas también en la capital o en un municipio limítrofe. Tampoco se perderá el martes el cierre de campaña. Seguirá la noche electoral junto al resto de la ejecutiva desde el cuartel general de su partido en Barcelona. En total, siete visitas.

Pedro Sánchez

Perfil muy discreto. La campaña se planificó con un Sánchez de perfil bajo tras su apoyo al 155. Trataron de centrar el foco en Iceta, que pelea por el voto nacionalista no independentista. El secretario general no debutó hasta el sábado, con mítines en Tarragona y Mataró. Ayer volvió para arropar a su candidato en Sabadell. Pese a ser consultados por este periódico, en Ferraz no confirmaron su presencia en ningún otro acto de lo que resta de campaña.

Pablo Iglesias y Colau

Solo dos veces. Iglesias visitará dos veces Cataluña, aunque desde su equipo apuntan que estuvo la víspera de la pegada de carteles. En la campaña participó el lunes en un mitin en Tarragona y volverá a Cataluña el sábado para el acto central de campaña en Barcelona. Coincidirá con Ada Colau. La líder de los comunes arropará a Domènech tres veces, aunque hizo campaña de forma paralela en el área metropolitana.

El presidente insiste en su voluntad de diálogo, pero solo dentro de la ley

El Ejecutivo se sometió ayer a la última sesión de control del año por parte del Congreso, en donde Rajoy volvió a insistir en su voluntad de entablar un diálogo «civilizado y normal» con el próximo Gobierno catalán, aunque de nuevo dejando claro que siempre dentro de la legalidad.

El presidente del Ejecutivo defendió que desde su llegada a la Moncloa siempre se ha mostrado dispuesto a este diálogo, pero que bajo ningún concepto podía admitir la imposición que se le trató de realizar desde la Generalitat de «referendo sí o sí». En respuesta al portavoz del PDECat en el Congreso, Carles Campuzano, que lo acusó de autoritario y de violentar al pueblo catalán, Rajoy lamentó que los gobernantes independentistas se hubiesen saltado la legalidad, y que fue entonces cuando su Gobierno tuvo que recurrir al artículo 155 de la Constitución con el objetivo de «restaurar la primacía de la ley y los derechos de las personas». El líder del Ejecutivo también volvió a mostrar su deseo de que las cosas «se normalicen» lo antes posible.

Cara a cara con Iglesias

A petición de la portavoz socialista, Margarita Robles, Rajoy realizó un balance de los 13 meses que lleva al frente del Gobierno, en el que admitió que existen cosas por mejorar, pero presumió de sus políticas económicas.

Justo después se vio las caras con Pablo Iglesias, quien acusó al Ejecutivo de no estar respetando varios de los puntos que se recogen en la Constitución. Puso varios ejemplos, como los desahucios, la amnistía fiscal o la ley mordaza. Rajoy, que mostró unos grandes reflejos, le invitó a que acudiese a presentar las quejas ante el Tribunal Constitucional, de la misma forma que se apresuró a hacerlo cuando recurrió la aplicación del 155.