«Colgados» por los refugiados

Rita Álvarez Tudela LONDRES

ACTUALIDAD

La ropa de los exiiados se cuelga en la iglesia como homenaje navideño

18 dic 2017 . Actualizado a las 08:56 h.

En la iglesia anglicana de St James, en la calle londinense de Piccadilly, se respira ambiente navideño. En la entrada hay varios puestos en los que venden productos de artesanía, bebidas calientes para hacer más llevadero el frío de las últimas semanas y también hay varios carteles anunciando villancicos.

Al entrar dentro, una instalación compuesta por 700 artículos de ropa de los refugiados capta la atención de los visitantes y los fieles. Llamada Colgados, la obra de la artista británica Arabella Dorman está formada por prendas que los refugiados fueron dejando a su llegada a la isla griega de Lesbos y en los campamentos de refugiados cercanos.

Entre ellas hay una camisa a cuadros, unos vaqueros medio rotos, un pijama a rayas, zapatos, calcetines, pero también sombreros y pañuelos, y un babero rojo con las palabras «¡Mi primera Navidad!», con el que la artista destaca como muchos de las víctimas que intentan escapar de los conflictos son bebés y niños.

Con el montaje elegido sobre la nave central de la iglesia, invita al ciudadano a embarcarse en su propio viaje espiritual, con las luces y sombras de «la incierta, desarraigada y volátil» experiencia de la vida como refugiado, que se ha convertido ya en la peor crisis social desde la Segunda Guerra Mundial.

Colgados busca resaltar la difícil situación de los refugiados, con especial énfasis en aquellos que ahora están varados en ciudades y centros de detención en toda Europa: hombres, mujeres y niños colgados entre la pérdida y la esperanza, suspendidos entre un pasado al que no pueden regresar y un futuro al que no pueden avanzar.

Dorman visitó Lesbos por primera vez en 2015 después de pasar un tiempo cubriendo de primera mano los conflictos en Irak y Afganistán. «Eso no fue nada en comparación con lo que presencié en las playas griegas. Fue muy impactante ver el nivel de trauma, especialmente entre los niños», explica la artista en una entrevista a La Voz.

«Colgados» busca resaltar la difícil situación de los refugiados, varados en ciudades y centros de detención en Europa Artista comprometida con los refugiados, esta no es la primera vez que elige la iglesia de St James para mostrar su obra. En 2015 también fue aquí donde desplegó la instalación Volar, formada por una lancha como las usadas por los refugiados. Fue esa su respuesta para despertar la conciencia y crear un debate sobre la muerte de más de 3.600 personas que intentaron cruzar el Mediterráneo ese año en embarcaciones endebles, superpobladas o no aptas para navegar.

Toda la ropa usada en la instalación fue recogida por voluntarios que trabajan con la fundación The Starfish, un grupo creado por Melinda McCrostie en respuesta a la creciente necesidad de un apoyo coordinado a los refugiados en Lesbos y a ella precisamente irá el dinero recaudado con esta instalación, para que continúen ayudando a las lanchas que llegan a las playas, en el campamento de Moira y otras acciones.

La reverenda Lucy Winkett tiene claro por qué esta instalación tiene que estar en esta iglesia: «Las prendas de ropa evocan a las personas que las usaban. Después del genocidio de Ruanda, las ropas de las personas que fueron asesinadas mientras buscaban refugio en las iglesias fueron colgadas en ellas». Para Winkett , uno de los roles de la iglesia en situaciones de injusticia es «crear testimonios», pero también animar los unos a los otros para que se conviertan en personas que estén «dispuestas a ver, no apartar la mirada y hablar sobre el sufrimiento oculto, al hacer visible lo que no es visible para la mayoría».