Rajoy recomienda al secesionismo que no ponga «a prueba» a la democracia

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Ballesteros | Efe

Considera «absurdo» que Puigdemont pretendiera presidir Cataluña desde Bruselas

30 dic 2017 . Actualizado a las 09:11 h.

«La única sombra que se cierne sobre nuestra economía es la inestabilidad de Cataluña». El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, admitió este viernes que el desafío independentista lanzando desde la Generalitat ha lastrado el balance del año 2017, que calificó como «extraordinariamente difícil» para España y con momentos «de enorme tensión para todos». Pero, a pesar de ello, consideró que el ejercicio que ahora se cierra ha sido «un año ganado para la recuperación desde el punto de vista económico, social e institucional». El jefe del Ejecutivo defendió que con la intervención de la autonomía de Cataluña frente al que consideró como «el mayor ataque a nuestra Constitución» se ha demostrado «la calidad de la democracia, la separación de poderes, el imperio de la ley y la serenidad del conjunto de la sociedad». Y, en clara advertencia de las consecuencias que tendría cualquier intento de desafiar otra vez la legalidad vigente, señaló que «lo lógico será no volver a ponerlos a prueba».

Parlamento catalán el día 17

Rajoy trató no obstante de dar por superada tras las elecciones catalanas la crisis de Estado que obligó a aplicar por primera vez en democracia el artículo 155 de la Carta Magna. Y, en el ejercicio de las funciones que le atribuye esa disposición, convocó para el próximo 17 de enero el pleno de constitución del Parlamento de Cataluña tras consultar con todos los partidos con representación parlamentaria excepto la CUP. Aunque esa decisión ya no dependerá de él, sino del nuevo presidente de la cámara autonómica, señaló que «lo normal es que en un plazo de 10 días [desde el 17 de enero] se celebre la sesión de investidura, si hay candidato». Eludió las especulaciones sobre el nuevo escenario político que se abre en Cataluña, pero advirtió de que al próximo Gobierno que se forme le corresponde «señalar sus prioridades políticas dentro de la ley». «Espero que a partir de ahora en Cataluña se abra una etapa basada en el diálogo y no en el enfrentamiento, en la cooperación, y no en la imposición», señaló el presidente en tono optimista.

Tampoco quiso entrar en un debate jurídico sobre la posibilidad de que los partidos independentistas cambien el reglamento del Parlamento catalán para que Carles Puigdemont, huido en Bélgica y acusado de graves delitos, entre ellos el de rebelión, pueda ser investido como presidente de la Generalitat de forma telemática. Rajoy se limitó a señalar que «es absurdo pretender ser presidente de una comunidad viviendo en el extranjero».

Y, sobre la negativa de la ganadora de las elecciones catalanas, Inés Arrimadas, a buscar apoyos para una posible investidura, eludió también entrar en discusión, pero recordó que cuando él ganó las elecciones del 2015 abrió una ronda de contactos con el resto de partidos y solo renunció a intentar formar Gobierno cuando constató que no tenía los apoyos suficientes.

La recuperación «se nota cada vez más en la vida de los ciudadanos», dice el presidente

F.B.

El presidente del Gobierno se decantó por hacer una valoración positiva del 2017 empujado por el buen comportamiento de la economía. «La consolidación de nuestra recuperación», dijo en su comparecencia en la Moncloa. Aseguró que esta mejoría ya no solo se percibe en aspectos macroeconómicos, sino que «se nota cada vez más en la vida de los ciudadanos». Rajoy sacó pecho de las acciones emprendidas por su Gobierno, gracias a las cuales, dijo, se ha logrado el regreso del PIB al nivel previo al estallido de la crisis y a la recuperación de dos terceras partes del empleo perdido desde entonces. El jefe del Ejecutivo presumió además de que este crecimiento se está produciendo de forma equilibrada, gracias al impulso de los cuatro grandes motores económicos de España: la inversión, el consumo, las exportaciones y la construcción. Respecto al futuro, garantizó que las perspectivas son favorables al menos hasta el 2020, y que la única sombra que amenaza con torcer las cosas es la inestabilidad política en Cataluña.

Financiación autonómica

Reto a medio plazo. Uno de los grandes desafíos que en Moncloa espera que se desbloqueen con la constitución de un nuevo Gobierno catalán es el de la revisión del sistema de financiación autonómica, hasta ahora totalmente paralizado por el desafío soberanista. Se trata de una de los principales asuntos que ha suscitado las quejas en público de los presidentes autonómicos, algunos de su propio signo político.

Violencia machista

Un gran pacto de estado. Rajoy arrancó su comparecencia recordando a las 48 mujeres «asesinadas víctimas de la violencia de género», una lacra a la que confía en poner fin gracias al gran pacto de estado alcanzado hace unos meses mediante el que se reservarán 200 millones de euros al año durante los próximos cinco para llevar a cabo las medidas acordadas por la gran mayoría de fuerzas parlamentarias.

Terrorismo

Un golpe terrible. Tampoco olvidó a las 16 víctimas mortales a consecuencia de los ataques terroristas en Cataluña el pasado agosto, «un golpe terrible que nos recuerda la necesidad de seguir impulsando la colaboración leal y eficaz entre las fuerzas de seguridad, tanto dentro de España como fuera».