El conductor, que estaba prohibido de conducir, dijo que tuvo un ataque epiléptico
19 ene 2018 . Actualizado a las 18:16 h.Un coche invadió el paseo de una de las playas más famosas de Brasil, mató a una niña y dejó otras 16 personas heridas en la noche del jueves. El atropellamiento ocurrió en Copacabana, en Río de Janeiro, a una hora en la que la acera al pie de la famosa avenida Atlántica estaba llena de gente por las altas temperaturas del verano austral.
El auto perdió el control en la avenida, atravesó la ciclovía y la acera y se detuvo sólo en la arena de la playa de Copacabana. La televisión mostró imágenes de una cámara de seguridad en la que se ve al vehículo impactar violentamente a varias personas al lado de un kiosco.
La niña Maria Louise, de ocho meses, fué rescataca pero murió en el hospital. «Acabaran con mi vida», dijo Niedja Araújo, madre de la vitima, al sitio G1. «Todo pasó muy rapido. Sólo recuerdo cuando estaba en el suelo», contó. Otras dos personas se encuentran en estado grave. Uno de ellos es un turista australiano de 68 años, que respira por aparatos.
El paseo marítimo de Copacabana, con sus kioscos de comida y bebida y su ancha acera peatonal, es muy popular entre turistas y los vecinos de Río. Por el lugar del accidente paseaban varios niños en el momento del accidente, según testigos. «Yo estaba a diez metros del lugar del accidente. El impacto fue muy grande. El coche vino de la nada y golpeó a muchos niños que estaban en la acera», contó la vendedora Cristiane Lima, de 45 años, a Globo. «Había muchos niños gritando y llorando», agregó.
El conductor fue detenido y identificado como Antonio Anaquim, de 41 años. Él dijo que perdió el control del coche porque «apagó» tras sufrir un ataque epiléptico. Él no tenía autorización para conducir todavia, pues sumó 14 multas de tránsito en los últimos cinco años.
Según Globo, el conductor ocultó sus problemas de epilepsia al tramitar la renovación de su licencia de conducir en 2015. Los primeros exámenes mostraron que no había bebido alcohol. Las fuerzas de seguridad tuvieron que protegerlo de varias personas que quisieron atacarlo tras el atropello.