La marea negra de China triplica su tamaño en cuatro días

patrick baeert PEKÍN / AFP

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La mancha alcanza una superficie total de 332 kilómetros cuadrados

23 ene 2018 . Actualizado a las 11:48 h.

La marea negra causada por el naufragio del petrolero iraní Sanchi entre China y Japón aumenta rápidamente, contaminando más al mar de China oriental, donde desde hace décadas los ríos chinos vierten desperdicios, según confirmaron ayer las autoridades chinas. La capa de hidrocarburos se triplicó en cuatro días, según las cifras del gobierno.

Imágenes tomadas por satélite muestran cuatro capas en 332 kilómetros cuadrados, lo que equivale a tres veces la superficie del municipio de Vigo, según las estimaciones de la Administración nacional de los océanos, que el pasado miércoles había registrado una marea negra de 101 kilómetros cuadrados. Tres barcos de guardacostas se encontraban en el lugar el domingo por la noche para evaluar la catástrofe ecológica. El Sanchi que transportaba hidrocarburos livianos, se hundió el 14 de enero tras haberse incendiado durante una semana luego de colisionar con un barco carguero a unos 300 kilómetros al este de Shanghái.

Treinta y dos marineros, 30 iraníes y dos bangladesíes, perecieron en la catástrofe. Solo tres cuerpos fueron recuperados. El Sanchi yace ahora a 115 metros de profundidad, aunque la cantidad de contaminantes eventualmente presentes en el barco no es conocida.

El barco transportaba, cuando chocó, 111.000 toneladas de hidrocarburos ligeros, según el ministerio de Transportes, que mencionó inicialmente la cifra de 136.000 toneladas. Además de su carga, el buque, que tenía bandera panameña, podía transportar también unas 1.000 toneladas de fuel para hacer funcionar las máquinas. La marea negra se desplaza hacia el norte a causa de los vientos y las corrientes marinas, lo que potencialmente supone una amenaza para las costas surcoreanas y japonesas.

La zona afectada es importante para la reproducción de algunas especies de peces, crustáceos y calamares, según Greenpeace.

Pero los pescadores chinos más cercanos al lugar del accidente parecen resignados, teniendo en cuenta que «ya no hay mucho pescado en la región de todas maneras», según explicó Wang Junding, pescador de la isla de Zhoushan, en el sureste de Shanghái. «Nuestro recurso se está acabando», añade.

El Gobierno chino ha enviado varios robots submarinos para comprobar el estado del pecio, aunque todavía no se ha dado a conocer cuáles son los tanques dañados ni la cantidad vertida. Ni tampoco si lo que ha ocasionado la marea negra es el crudo ultraligero y muy volátil que transportaba, y que se supone que la mayor parte fue quemado durante el incendio del buque, o el fuel que se encontraba en la sala de máquinas.