De Nueva York a Londres en solo 5 horas

Xavier Fonseca Blanco
XAVIER FONSECA REDACCIÓN / LA VOZ

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Xavier Fonseca

El Jet Stream circula a unos quince kilómetros de altura, en la tropopausa, el límite entre la troposfera y la estratosfera

23 mar 2018 . Actualizado a las 16:35 h.

Durante los últimos días, los protagonistas de la meteorología en Galicia han sido la borrasca Evi y el anticiclón de las Azores. El ciclón extratropical obligó a activar el primer aviso rojo del invierno. Por su parte, el sistema de altas presiones ha estado reforzando su influencia sobre la comunidad aunque, sin nordés, la humedad persiste. La presión de Evi descendió hasta los 940 milibares mientras que superó los 1040 milibares en el caso del anticiclón. La diferencia entre ambos alcanzó los 100 (mb). Ese gradiente de presión tan elevado ha alimentado al Jet Stream. Los vientos del chorro polar, que circulan siempre del oeste hacia el este, han alcanzado los 326 kilómetros por hora. Además, la corriente recorre el Atlántico de forma zonal, sin crear meandros, siguiendo los paralelos. Esta configuración atmosférica suele generar una autopista perfecta que la navegación aérea no duda en usar.

El Jet Stream circula a unos quince kilómetros de altura, en la tropopausa, el límite entre la troposfera y la estratosfera. Si las condiciones son favorables, los aviones aprovechan esos vientos del oeste para ahorrar tiempo y combustible. Y eso es justo lo que ha hecho un Boeing 787 de la compañía Norwegian. El pasado 15 de enero, el vuelo que salió desde Nueva York con destino a Londres completó el recorrido en cinco horas y trece minutos. La corriente de aire impulsó el aparato hasta alcanzar una velocidad de 1.249 kilómetros por hora. Se trata del vuelo subsónico (velocidad por debajo del sonido) más rápido de la historia. El anterior récord estaba en posesión de British Airways. El 7 de enero del 2015, la compañía británica consiguió que uno de los aviones, a bordo de la corriente en chorro, realizase la ruta Nueva York Londres a una velocidad de 1.200 kilómetros por hora, en cinco horas y dieciséis minutos.

Japón descubrió el Jet Stream en los años 20 del siglo pasado. El imperio nipón fue el primero en aprovechar la velocidad de sus vientos, durante la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos estaba convencido de que el Pacífico era demasiado grande para que los aviones japoneses de la época pudiesen bombardear el país. Pero nunca imaginaron que los nipones guardaban un arma secreta. Diseñaron globos cargados con bombas que, a través de la corriente de chorro, alcanzaban la costa oeste americana en solo tres días. Una vez allí, un temporizador accionaba la bomba. A comienzos de 1945 estallaron más de 200 artefactos que provocaron seis víctimas, las únicas en territorio estadounidense durante el conflicto bélico. El gobierno de Roosevelt decidió guardar silencio ante tanta sofisticación.