La «tortura china» del nuevo modelo de Land Rover

Iago García
Iago García REDACCIÓN

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LAND ROVER

Nunca antes un coche había conseguido ascender los 999 escalones que tiene la Puerta del Cielo de la montaña china de Tianmen

15 feb 2018 . Actualizado a las 07:50 h.

BMW recurrió a Bruce Lee con su célebre «Be water, my friend» (sé agua, amigo) adaptando el slogan y conviertiéndolo en «No te adaptes a la carretera, sé la carretera» para aumentar exponencialmente hace más de una década las ventas de su X3. Recientemente Tesla decidió (más bien su fundador, Elon Musk) lanzar su modelo Roadster al espacio -no deja de ser curioso gastar combustible fósil en un cohete a borbotones para promocionar un coche eléctrico-. Y ahora Land Rover ha conseguido con su Range Rover Sport PHEV una marca histórica.

El nuevo SUV de la marca inglesa (ya solo en origen, hoy está en manos de la india Tata) ha realizado en 22 minutos y 41 segundos un recorrido infernal en la montaña china de Tianmen. Infernales son las 99 cerradas curvas de la estrecha carretera del Dragón (se le da ese nombre por el sinuoso trazado): 11 kilómetros de vertiginoso ascenso. Y tortuoso es el tramo final de escaleras. 999 peldaños con una pendiente de 45 grados.

Lo que Land Rover quería demostrar eran la aptitudes de su nuevo vehículo. Es cierto que cuenta con un motor de gasolina de 300 caballos. Con el auxilio del eléctrico enchufable con el que cuenta este híbrido alcanza la nada desdeñable cifra de 416 caballos de potencia. Calzado con neumáticos especiales, el ascenso en el vídeo que lanza la marca parece pan comido. Claro que también cuenta el piloto, Ho-Pin Tung, del equipo de Fórmula E (para entendernos, como la Fórmula 1, pero de monoplazas eléctricos) Panasonic Jaguar Racing.

El denominado Desafío del Dragón que ha completado el Range Rover Sport no se ciñe solo a este último hito. Versiones anteriores del modelo ya cruzaron el desierto de Rub al-Jai en la península arábiga o descendieron los 2.170 metros de la pista de esquí de Mürren, en Suiza. En este último caso con el piloto de acrobacias y ex-Top Gear Stig, Ben Collins.