Merkel sienta las bases de su sucesión

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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Maurizio Gambarini | Dpa

La elección de la centrista Kramp-Karrenbauer como secretaria general de la CDU la convierte en la nueva esperanza conservadora y potencial heredera de la canciller

20 feb 2018 . Actualizado a las 07:03 h.

AKK. Así se conoce la nueva arma de Angela Merkel para intentar resucitar a su partido y al mismo tiempo zanjar el debate sobre la necesidad de un relevo de poder. Con ese doble objetivo, la canciller alemana designó este lunes a Annegret Kramp-Karrenbauer, una de sus aliadas y primera ministra del estado federado del Sarre, el más pequeño del país, como secretaria general de la Unión Cristiano Demócrata (CDU). Un cargo en el que esta abogada de 55 años sustituye a Peter Tauber, que anunció su retirada el domingo por razones de salud, y sobre todo, se sitúa como favorita para suceder a Merkel al frente de la CDU y como candidata conservadora a la jefatura del Gobierno.

En lo personal Kramp-Karrenbauer, madre de tres hijos, casada con un ingeniero y católica, lleva una vida muy distinta a la de la líder cristianodemócrata. Pero en lo profesional las coincidencias no pasan desapercibidas. Al igual que Merkel, la conocida por sus correligionarios como AKK se caracteriza por ser una política pragmática, de estilo sobrio y discreto. Inició su carrera hace tres décadas como concejal de su pueblo natal, Püttlingen, y en el año 2000 se convirtió en la primera mujer que llegaba a ser ministra de Interior regional. Desde entonces su ascenso fue meteórico y en el 2011 fue nombrada jefa de Gobierno en el Sarre.

En marzo del 2017 y contra todo pronóstico, Kramp-Karrenbauer logró el 40,5 % en las elecciones de ese Land situado en el suroeste de Alemania, e inauguró así la larga lista de derrotas regionales del SPD. Se ganó el respeto de muchos, especialmente el de Merkel, con la que trabaja de manera estrecha desde hace años. De hecho, fue una de las que más respaldó a la canciller en su decisión de abrir la frontera a los refugiados en el 2015. Por eso, tras las críticas que ha expresado desde entonces el ala derechista de la formación, su designación no ha tardado en interpretarse como una señal de que Merkel desea continuar el viraje al centro que inició hace 18 años cuando asumió la presidencia del partido sumido en una crisis de identidad. 

Desde las bases

Nuestra intención es ser una formación fuerte de centro, aseguró en su primera comparecencia tras el anuncio Kramp-Karrenbauer, quien anticipó un debate programático completo «desde las bases a la cúpula», que marcará el rumbo de la CDU la próxima década. «Es un varapalo para la joven guardia de derechas», afirmaba la jefa de La Izquierda, Katja Kipping. «Junto a la gran Merkel ahora con Konrad-Adenauer-Haus tiene también una mini Merkel», opina el líder del FDP, Christian Lindner.

Pese a las críticas, AKK cuenta con «importantes apoyos» en todos los sectores del partido, como subrayó ayer la canciller, que se comprometió a presentar el domingo una lista con los nombres de los ministros que formarán parte de su nuevo Gabinete. Era un requisito de sus correligionarios, que el próximo lunes están llamados a votar la elección de Kramp-Karrenbauer así como el acuerdo de la gran coalición.

El SPD se sitúa por detrás de la ultraderecha AfD

Sin duda el mayor escollo del pacto entre la CDU y el SPD será la consulta vinculante entre los casi 464.000 afiliados socialdemócratas que comienza hoy y concluirá el 4 de marzo. De ella depende que se reedite o no la gran coalición y se pongan fin al período más largo sin Ejecutivo en la historia reciente de Alemania. Las bases socialistas también tuvieron la última palabra en el 2013. Pero a diferencia de lo que ocurrió entonces, cuando un 75,96 % de los delegados votaron a favor, ahora el resultado se prevé muy ajustado, pues el ala más izquierdista del SPD está en contra de seguir desgastándose junto a Merkel, tras haber obtenido su peor resultado en unas elecciones con el 20,5 %.

A pesar de que en la negociación el SPD logró arrebatarle a la CDU ministerios capitales, como el de Finanzas o el de Exteriores, las juventudes socialdemócratas han lanzado una campaña por el no, argumentando que la gran coalición supone un autoboicot. No obstante, el desgaste ya es un hecho consumado. La división interna y las luchas de poder no dejan de pasarle factura a la formación, que según el último sondeo publicado ayer por el diario Bild obtendría el 15,5 %, quedando así, por primera vez, detrás de la ultraderechista AfD, a la que sitúa en el 16 %. Por eso, la tercera alianza con Merkel no es sino el mal menor. Dado que si fracasa, las únicas alternativas son un Gobierno en minoría que la canciller rechaza de pleno o la convocatoria de nuevos comicios que solo beneficiarían a los ultras.