Un adolescente sirio de 15 años cuenta con su móvil los días más sangrientos de la guerra de Siria

La Voz / Agencias

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Muhammad Najem utiliza las redes sociales desde Guta Oriental para denunciar ante el mundo el drama de los más pequeños en un país que lleva siete años en conflicto

22 feb 2018 . Actualizado a las 19:31 h.

Es rubio, de ojos claros y a sus 15 años se pasa el día, móvil en mano, captando lo que ocurre a su alrededor y publicándolo en las redes sociales. En sus cuentas no aparecen compañeros de instituto ni unas zapatillas de última moda ni tampoco un selfie con orejitas y nariz animal. Aparecen bombardeos y niños muertos. Aparecen escombros y niños mutilados. Aparecen hospitales destrozados y niños llorando con la cara cubierta de polvo y ceniza. Este niño rubio de 15 años no se llama Peter ni Rubén, tampoco Boris o Jean. Se llama Muhammad Najem y dispara su móvil desde la herida más sangrienta que se ha abierto en Siria desde que se inició la guerra hace siete años: Guta Oriental.

Allí los ataques de las fuerzas de Bashar al Assad contra el enclave rebelde próximo a Damasco han causado desde el domingo más de 300 muertos y 1.700 heridos, según las agencias de cooperación. Allí Muhammad Najem se ha convertido en un reportero de guerra que tiene muy clara su misión: llamar la atención del mundo sobre lo que está ocurriendo en su país, en especial con los más jóvenes, pequeños que no han vivido en una Siria en paz y, si lo han hecho, apenas lo recuerdan. «Los niños de Guta mueren cada día por los bombardeos de Assad y de Rusia», ha denunciado Najem en uno de sus vídeos publicados en Twitter y Youtube, donde también ha recordado, acompañado por otros menores, que los niños llevan siete años sufriendo esta situación.

Echar un vistazo a las publicaciones de los últimos meses en la cuenta de Twitter de Najem es como asomarse directamente al horror desde un ventanuco seguro, un horror al que, según el joven reportero, el mundo se ha acostumbrado. Esa indolencia no lo desanima. «Sabemos que te aburres de nuestras imágenes de sangre. Sabemos que has visto vídeos de cómo nos matan. Pero seguiremos apelando a ti», dice en un tuit que mantiene fijado en la cabecera de su cuenta de la red social.

Najem, que ha mostrado también las imágenes de la escuela donde estudiaba convertida en escombros, asegura, como lo hacen también organizaciones internacionales, que lo que ocurre en Siria es un «genocidio» y continúa con tenacidad compartiendo el drama que sufre su país, además de los capítulos que le tocan más de cerca, como la muerte de un amigo, ocurrida en las últimas semanas. «Ayer estábamos jugando juntos en el refugio subterráneo. Hoy mi amigo y su familia están muertos por un avión de combate que acabó con su vida», contó en Twitter.

Bombardeos a diario

En Guta Oriental, las bombas y granadas caen a diario, a menudo durante horas. También este jueves se oían explosiones cuando el activista Masen al Shami describía por teléfono la situación en el enclave rebelde asediado por las tropas sirias cerca de la capital Damasco. «Decenas de granadas caen cada minuto», señaló Masen. Los ataques hacen que nadie se atreva a salir a la calle, ni siquiera los cooperantes que ayudan a los heridos.

En los hospitales se agotan los medicamentos y materiales. Varios sufrieron ataques y quedaron fuera de servicio. «Las palabras no pueden describir la dimensión del sufrimiento humano y la desesperación», escribía el director regional de la Cruz Roja Internacional, Roberto Mardini, en la red social Twitter, una situación que el propio Muhammad Najem ha denunciado de forma reiterada en los últimos meses. Él le pone el rostro de los niños y cuenta con detalle sus necesidades. 

Desde 2013, las tropas del Gobierno sirio mantienen el cerco sobre el terreno y los suministros llegan, si lo hacen, solo a través de túneles de contrabando. Se calcula que unas 400.000 personas están atrapadas y casi totalmente incomunicadas. El bloqueo hace que los alimentos escaseen y la gasolina y los generadores sean cada vez más caros.

Las ayudas apenas llegan a Guta Oriental. Hace en torno a una semana, un convoy llegó a la región, siendo en torno al primero en más de dos meses. A bordo de los camiones, ayudas que solo alcanzaban para 7.200 de los 400.000 atrapados en la zona. La oposición acusa al Gobierno de Damasco de bloquear la ayuda de forma intencionada.