El narco acusado de negociar los alijos para Miñanco en Colombia está huido

Francisco Javier Pérez Rivas (Ribeira, 1978) está acusado de viajar a Colombia y Venezuela para negociar alijos de cocaína en representación de Sito Miñanco. Su nombre también aparece en diligencias policiales por dar cobertura a Miñanco para descargar remesas de polvo blanco en el litoral gallego, preferentemente en la Costa da Morte. El cambadés, presuntamente, las organizaba y, según la misma tesis policial, las ejecutaba el barbanzano valiéndose de la infraestructura que se le atribuye en su comarca de origen, con personal y vehículos para llevar a tierra los fardos y hacerlos desaparecer. El pasado 5 de febrero, al mismo tiempo que Miñanco era detenido en el sur de España en el marco de la operación Mito, un grupo de agentes se desplazó a Ribeira para arrestar a Pérez Rivas, pero logró escapar y a día de hoy sigue en busca y captura. El Grupo de Respuesta Especializada contra el Crimen Organizado (Greco), que lideró la operación Mito en colaboración con la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco), situó en un principio a Pérez Rivas en Portugal. Algunas fuentes añaden que su intención, inicialmente, fue escapar al país vecino. No lo consiguió y acabó quedándose en su comarca natal, Barbanza.

Basta decir que la Udyco constató que Pérez Rivas «viajó desde Oporto a Venezuela entre el 19 y el 23 de noviembre del 2015, mientras disfrutaba de un permiso penitenciario de seis días lo que supone que abandonó sin permiso España por frontera terrestre para no dejar rastro en los controles de aduanas». Cabe decir que Pérez Rivas ya estuvo en busca y captura hace unos cinco años, y entonces tampoco abandonó Arousa norte. Es más, fue detenido en A Pobra mientras disfrutaba de la compañía de unos amigos en un bar tomando copas en público.

La relación de Miñanco y Pérez Rivas, según reflejan los atestados, pudo haber comenzado hace pocos años, cuando el primero, ya señalado por el Greco y la Udyco, decidió escapar de las Rías Baixas para hacer descargas en la Costa da Morte. Pérez Rivas, al que se sitúa en un grupo de lancheros próximo al cambadés, no tardó en ser recomendado por su conocimiento del litoral. Basta decir que el 4 de mayo del 2016, en un vial de Porto do Son y de madrugada, ambos fueron parados por la Guardia Civil -las diligencias aclaran que fue «casual»- viajando en un coche alquilado. En las citadas diligencias se hace constar: «Se constataran contactos en circunstancias sospechosas entre Fran y José Ramón Prado Bugallo (Sito Miñanco), utilizando un vehículo alquilado con las máximas reservas, lo que nos indica que o bien están volcados en distribuir una droga que ya llegó a la costa gallega o bien el citado José Ramón le está ayudando a Fran a solucionar los problemas surgidos en Sudamérica». Se refiere a un alijo de 1.300 kilos de cocaína (operación Globos) por el que Pérez Rivas fue detenido al mes siguiente como líder de la operación y por el que también tendrá que responder.

El barbanzano usa dos móviles que no dejan rastro, al funcionar con redes wifi

La relación entre el narcotráfico y la tecnología más avanzada ya se remonta a los años del contrabando de tabaco. El Greco, que sigue los pasos de Francisco Pérez Rivas desde que se fugó para no ser detenido el pasado 5 de febrero, sabe que usa dos teléfonos móviles catalogados de alta seguridad. Se trata de celulares que funcionan a través de redes wifi y carecen de dirección IP para no ser rastreados. Es más, dichos dispositivos tampoco necesitan tarjeta SIM de prepago para funcionar, lo que supone una característica muy atractiva para estos empresarios ilícitos especializados en la importación de cocaína a gran escala.

Además de la acusación que pesa sobre Pérez Rivas en el marco de la operación Mito, este vecino de Ribeira de unos 40 años de edad arrastra «ocho detenciones, varias por narcotráfico, y está en libertad condicional tras ser condenado en firme por tráfico de drogas».

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