La doble pena de Cantat tras cumplir su condena por la muerte de Marie Trintignant

carmo lópez REDACCIÓN / LA VOZ

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XAVIER LEOTY | AFP

El cantante renuncia a ir a varios festivales tras la polémica que asocia su vuelta a los escenarios con la violencia machista

14 mar 2018 . Actualizado a las 08:16 h.

Hace poco más de catorce años, en agosto del 2003, el diario francés Le Monde publicaba que la actriz de 41 años Marie Trintignant había muerto como consecuencia de varios golpes que había recibido en la cara y que le habían provocado una hemorragia cerebral. Estos, añadía, «no eran compatibles con una caída accidental». Poco después su entonces pareja, el cantante del grupo de rock Noir Désir, Bernard Cantat, fue condenado a ocho años de cárcel por la muerte de la mujer, producto de los golpes que le había dado en un hotel de Lituania, donde ella grababa una serie sobre Collette. Cumplió cuatro. Tras ese período entre rejas salió en libertad condicional, pero su vuelta a la sociedad parece no ser fácil.

El estigma por su delito no se borra. No deja que rehaga su vida. Tras sacar un nuevo disco en solitario, la familia de su novia muerta y grupos feministas protagonizan manifestaciones para impedir que vuelva a cantar en público. Aducen que ese gesto apoya la violencia machista. Hasta lanzaron una campaña en Change.org para evitar que participara en algunos festivales como el Les Paillons de Nuit o Les Escoles de Saint-Nazare. Y lo han logrado. El cantante colgó el lunes en su cuenta de Facebook una nota en la que anunciaba su retirada de esos eventos para acabar «con la polémica y con la presión que estaban ejerciendo sobre los organizadores». En ese mismo comunicado expresaba que no entendía que su presencia en festivales fuese un problema, porque ya había cumplido su condena y defendía su derecho a reinsertarse.

La polémica hace aflorar un asunto espinoso, el de los juicios sociales que van más allá de los castigos impuestos por los jueces. «Lo que han hecho es una condena social», apunta el abogado penalista Diego Reboredo. Eso tiene un peligro: «En este caso hay una reacción por venganza que es parcial por parte de los promotores. Esto no debería permitirse porque esas conductas pueden provocar efecto espejo» .