¿Por qué las mascotas no pueden viajar como las personas?

Lucía Vidal

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Lucía VidalDaniel Portela

Salvo los perros guía, hay muchos animales vetados en los distintos medios de transporte aunque su aceptación va a más. Cada compañía pone sus normas y sus límites: desde no aceptar hurones a permitir la bienvenida, casi con honores, de un halcón

28 mar 2018 . Actualizado a las 09:32 h.

Se avecinan días de desplazamientos y con ellos muchas dudas para aquellos que tienen en casa a un perro o un gato. ¿Me lo llevo o se lo dejo a esos amigos/padres que siempre tienen un hueco en su casa? Ya no es una cuestión de echarle morro sino de que el medio de transporte que elijamos o la compañía se adapte a nuestras necesidades.

en el avión

Si vamos a volar, la normativa sobre aceptación de mascotas dependerá de cada aerolínea. Ryanair, por ejemplo, es clara: no transporta animales a excepción de perros guía y en ciertas rutas. Acepta cenizas siempre y cuando éstas vayan como equipaje de mano, con copia del certificado de defunción y del crematorio, y con cierre de rosca y protección frente a roturas.

En Iberia cortan el paso únicamente a la familia de los mustélidos (hurones, martas, etc...) pero permiten viajar al resto de animales, en cabina -cuando su peso no supere los ocho kilos, incluyendo el transportín- o como equipaje en bodega.

Además, razas consideradas con cuidados especiales, las braquicéfalas (básicamente bulldog francés y carlino), deben ir siempre en cabina, por riesgo de sufrir golpes de calor o trastornos respiratorios si son sometidos a altas temperaturas y estrés.

Según Carme Seoane Paredes, veterinaria de la clínica Can Cat en Santiago, «los accidentes en un avión pueden ocurrir ya que la bodega no es el sitio más idóneo. Muchas veces los animales van medicados, con algún tipo de tranquilizante, su temperatura corporal baja y además no están vigilados». Si tienen que ir en bodega, porque no queda otra, recomienda «mantas ou bolsas de auga quente». Los especialistas que trabajan con animales son críticos con ciertos desplazamientos: «Non nos gusta que envíen un cachorro por mensaxería. Na meirande parte dos casos chegan enfermos, porque sofren baixadas de defensas brutais»

La mayoría de compañías dan la bienvenida a perros de asistencia, previa solicitud. En el caso de Iberia y Vueling, con al menos 48 horas de antelación. Por supuesto, si tu mascota se va a subir contigo al avión, habrá de llevar su cartilla sanitaria, pasaporte y/o documentos adicionales, según el país de destino. Y no te saldrá gratis. Habrás de abonar entre veinte y trescientos euros.

en el coche

Si escogemos el vehículo privado para transportar a nuestra mascota, deberemos tener en cuenta algunas consideraciones. Según la DGT, si el animal es pequeño, la mejor forma es llevarlo dentro de su transportín en el suelo del coche. Y, si es grande, dentro del transportín en el maletero y en posición transversal al sentido de la marcha. Para mayor seguridad, se recomienda combinar este sistema con una rejilla divisoria. Nunca llevar al animal suelto. Sujetar el transportín con el cinturón de seguridad. Mejor un arnés de dos enganches. Tráfico impone multas de cien euros -si el animal va suelto en el coche- y que pueden alcanzar los doscientos si viaja en el habitáculo del conductor. Si se trata de un perro guía, éste puede viajar en el suelo del vehículo, a los pies del usuario, o sujeto con una correa, manteniendo el contacto físico.

en el bus

Los buses urbanos son pioneros en permitir que los pasajeros suban a bordo con sus mascotas. En Santiago de Compostela se cambió la ordenanza a raíz de una campaña de recogida de firmas propiciada por la clínica veterinaria Can Cat: «Hai un par de anos unha clienta nosa, unha señora moi maior, recordo que era nadal, veu co seu gatiño de tres meses a consulta... viña chorando porque acababa de ser humillada no autobús e 'invitada' a baixar. Iso enfadounos bastante. Pareceunos inxusto e desmedido. Por eso fixemos a campaña. E conseguímolo. O ideal sería que calquera animal de compañía puidese subir a un medio de transporte porque son parte da familia. Forman parte da nosa vida cotiá. Xa poden entrar en moitas tendas. Os turistas que veñen de fóra estráñanse moitas veces de que non sexa así».

en el tren

El transporte de animales en trenes se limita, en nuestro país, a perros, gatos, hurones y aves (que no sean de corral). Deben situarse en un lugar discreto, a los pies del dueño, y estar sujetos de forma permanente. Pero también hay diferencias según se trate de AVE, Media Distancia o Cercanías. En los dos primeros están admitidos animales que no superen los 10 kilos, siempre dentro de una jaula o transportín con medidas reglamentarias 60x35x35 cm. Viajan con billete sin ocupar plaza. Gratuito en clase preferente, cama Preferente o Gran Clase y Asiento Gran Confort. Se abona un 25% del precio en clase turista.

En servicios de Cercanías, perros y hurones, cuando no viajen en jaulas/transportines, deberán ir provistos de bozal y cadena o correa no extensible. Van sin billete y sin ocupar plaza.

en barco

Si lo queremos es transportar a nuestra mascota por mar, cada compañía pone sus reglas. MSC Cruceros, por ejemplo, no permite animales a bordo, salvo perros guía oficialmente reconocidos, y previa aprobación de la empresa y solicitud a la hora de hacer la reserva.

¿Es aconsejable medicar a nuestras mascotas antes de viajar?

Una vez tenemos el permiso, surgen otras preguntas. Aunque muchas veces pueda darnos la sensación de que nuestro perro o nuestro gato va encantado cuando lo llevamos de viaje, lo cierto es que muchos sufren: «Moitos cans e gatos se marean no coche. Hai comprimidos que evitan as náuseas e ademais son tranquilizantes. Tamén hai fármacos indicados só para os mareos. Darlles tranquilizantes se están moi nerviosos ou imos facer viaxes longas é recomendable» -aconseja la veterinaria Carme Seoane-. Fuera de la farmacología hay tácticas para intentar relacionar un viaje en un medio de transporte con una experiencia agradable: «hai que facerllo ver desde que son pequenos, igual que se tenta facer coas visitas ó veterinario. Escoller lugares pracenteiros: a praia ou o campo. Se ten medo -continúa Carme Seoane- hai que ir a modo. Primeiro metelo no coche e darlle unha chuche. Ó día seguinte acenderemos o motor. E ó seguinte xa poderemos arrincar e facer viaxes curtas a sitios que lles gusten. Ata crear o hábito».