El Supremo podría dejar en libertad a Lula «en días» mientras los Sin Techo okupan su tríplex de lujo

Miguel Piñeiro Rodríguez
MIGUEL PIÑEIRO BRASILIA / CORRESPONSAL

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Militantes del Movimiento de los Trabajadores sin Techo ocupan el célebre tríplex de lujo de Lula en Guarujá
Militantes del Movimiento de los Trabajadores sin Techo ocupan el célebre tríplex de lujo de Lula en Guarujá PAULO WHITAKER

17 abr 2018 . Actualizado a las 07:05 h.

Guilherme Boulos fue señalado por Lula da Silva como un digno heredero horas antes de que el expresidente entrara en la cárcel para cumplir 12 años y un mes de prisión por corrupción. El joven político líder del PSOL está destinado a agitar la calle y a mantener viva la figura política de Lula mientras los interminables recursos de la defensa del exmandatario transitan el farragoso camino de los tribunales. Así ocurrió este lunes, cuando militantes del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) ocuparon el célebre tríplex de lujo en Guarujá, en la costa de São Paulo, y que la justicia cree que Lula recibió a cambio de favores a constructoras. «Si de verdad el apartamento es de Lula, es del pueblo», dijo Boulos.

La acción duró unas horas y cumplió con el objetivo de recordar que la batalla de Lula no ha terminado, por más que lleve dos semanas encarcelado. El Partido de los Trabajadores (PT), que ha movido su sede política a Curitiba, donde su líder está recluido, sigue diciendo que Lula es su candidato. El 15 de agosto se deciden las listas. Antes, el PT y el expresidente esperan un giro de los acontecimientos en el Tribunal Superior de Justicia (STJ). Allí, el juez Marco Aurélio Mello (que votó a favor de un habeas corpus que hubiera impedido la encarcelación de Lula) propondrá al pleno una cuestión de constitucionalidad sobre las prisiones en segunda instancia. Si sale adelante, volverán a temblar los cimientos de la justicia brasileña y el panorama político. Lula podría quedar en libertar «en unos pocos días».

Una eventual vuelta atrás en la doctrina que impera desde el 2016 y sobre la que el propio STJ ya se manifestó recientemente beneficiaría no solo a Lula, sino también al actual presidente, Michel Temer, sobre el que pesan tres procesos. Una de las más firmes opositoras a revisar el modelo es la fiscal general de la república, Raquel Dodge, en aras de una mayor «resolución» en la justicia del país que termine con la sensación de «impunidad». Eso no le impidió modificar una doctrina reciente sobre las acusaciones de financiación ilegal de las campañas en el caso del gobernador de São Paulo y presidenciable, el conservador Geraldo Alckmin.