El adiós de Raúl Castro inicia el relevo generacional en Cuba

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Giorgio Viera

El cambio de guardia en La Habana llega marcado por un grupo de líderes que pasó de la bonanza en su infancia a la crisis

18 abr 2018 . Actualizado a las 07:26 h.

Raúl Castro termina hoy su segundo y último mandato presidencial y, por primera vez en décadas, no habrá un Castro al frente del Gobierno cubano, que quedará en manos de una generación más joven bajo el timón de Miguel Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años que actualmente se desempeña como vicepresidente primero y con la supervisión del hermanísimo desde el partido. 

La llegada de Díaz-Canel a la presidencia cubana simbolizará la confirmación del relevo generacional de dirigentes que nacieron después del triunfo revolucionario de 1959 y que el propio Raúl Castro, de 86 años, había ido introduciendo en su gestión. 

Políticos como el vicepresidente económico Marino Murillo, de 57 años, la dirigente comunista Mercedes López Acea de 53, el ministro de Salud Pública, Roberto Morales, de 50 años, o el canciller Bruno Rodríguez, de 60 años, son considerados como candidatos a puestos destacados.

En la isla hay 1,7 millones de cubanos que tienen entre 50 y 60 años. Es la generación que ya está gobernando el país desde distintos puestos intermedios de la administración del Estado y del Partido Comunista de Cuba. «No son unos paracaidistas, Raúl Castro los ha ido formando, así que ahora les toca demostrar si de verdad valen», cuenta a DPA Elías Casariego mientras pinta los bajos de un edificio de una céntrica calle habanera. 

Pero esta generación ha llegado hasta aquí marcada por ilusiones y frustraciones. Vivieron una infancia y adolescencia en la bonanza económica gracias a los subsidios del aliado soviético y con una fuerte presencia política a nivel internacional. Después sufrieron el descalabro del fin de la URSS y la crisis económica que generó en la isla el llamado período especial. Con los sueños rotos vieron cómo muchos amigos se iban del país mientras que ellos se quedaban ante un futuro incierto.  

LA MANO DERECHA

El canciller de los Castro. Bruno Rodríguez Parrilla (México, 1958) se perfila como el guardián de las esencias revolucionarias en el nuevo Gabinete. Hijo de un alto representante de los primeros gobiernos de Fidel, sirvió en las fuerzas armadas en Angola y, desde 1986, se ha ocupado de los asuntos internacionales primero del Partido Comunista y luego del Ejecutivo. Desde el 2009 es ministro de Asuntos Exteriores y en la última Cumbre de las Américas fue la voz de su país en Lima. Su protagonismo ha ido creciendo en los últimos años de forma exponencial.

 EL NUEVO DELFÍN

Fogueado como ministro. Roberto Morales, de 50 años, es el representante más joven de la nueva generación que asoma al poder en Cuba. Es ministro de Sanidad desde el 2010, aunque llegó al entorno de los Castro en el 2006, cuando fue elegido miembro del Comité Central del Partido Comunista Cubano y primer secretario en Cienfuegos tras una carrera meteórica para los tiempos habituales en la política cubana. Su lealtad a los Castro es incuestionable, pero, además, goza de un buen cartel en el exterior.  

LA MUJER CON MÁS PODER

Forjada en el partido. En el régimen cubano no es muy habitual la presencia de mujeres con poder. Mercedes López Acea, de 53 años, es una de las que más alto ha llegado. Ingeniera forestal, forma parte del Buró Central del partido desde 1997 y diputada desde el 2008.  

EL APERTURISTA ECONÓMICO

Vicepresidente rupturista. Marino Murillo (1961) fue reclamado en dos ocasiones para liderar las reformas económicas del régimen comunista y compatibilizarlo con la iniciativa privada y las dos veces fue despedido sin completar su misión. Goza de amplio predicamento en las élites cubanas y llegó a ser definido como el Zar de las reformas por el Financial Times. Su rol definirá las líneas maestras de la economía del nuevo Gobierno.