La piloto con nervios de acero

Adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Tammie Jo Shults fue una de las primeras mujeres piloto de caza. En la foto, en 1992 ante un F-18
Tammie Jo Shults fue una de las primeras mujeres piloto de caza. En la foto, en 1992 ante un F-18 HANDOUT

Tammie Jo Shults salvó al pasaje del vuelo 1380 tras la explosión de un motor en el aire

20 abr 2018 . Actualizado a las 10:32 h.

A miles de metros de altura, los pasajeros se prepararon para morir. «Pensé que estábamos perdidos», recordó Timothy C. Bourman. Él fue una de las 149 personas a bordo del vuelo 1380 de la aerolínea Southwest que el martes cubría la ruta Nueva York-Dallas. Media hora después de su despegue, se desató la tragedia. «Southwest 1380, vamos con un solo motor», dijo la piloto Tammie Jo Shults, cuyo nombre ahora es sinónimo de heroína. «¿Pueden esperarnos los médicos en la pista también? Tenemos pasajeros heridos», añadió a la torre de control de Filadelfia. «Pasajeros heridos, okay. ¿Y su avión está físicamente en llamas?», preguntó el controlador, a lo que respondió con una calma poco común «No pero le falta una parte. Me dicen que hay un agujero y alguien salió por él». A pesar de la situación, Shults estaba bien entrenada para manejar el estrés en cabina. Y lo dejó patente al descender la aeronave 10.000 metros de altura en tan solo seis minutos, mostrando sus nervios de acero.

Nacida en Texas hace 56 años, Shults fue una de las primeras mujeres piloto de combate en el Ejército de EE.UU. A pesar de que todos le decían que ser mujer era incompatible con ser piloto, la texana consiguió el permiso de la Marina. Fue allí donde creció profesionalmente, llegando a aterrizar cazas F-18 Hornet en portaviones a 240 km/h., aunque nunca se le permitió participar en combate. Su persistencia se remonta a su infancia en un rancho de Nuevo México que lindaba con la base aérea Holloman. «Algunas personas crecen alrededor de la aviación, yo crecí bajo ella», relató la propia Shults en el libro Military Fly Moms, de Linda Maloney. Viendo el espectáculo aéreo diario, ella sabía que «solo quería volar».  

Casada con otro piloto de Southwest Airlines y madre de dos hijos, amigos y familiares dicen que es «una mujer que rompió barreras para alcanzar sus objetivos». Su suegra la describió como una cristiana devota cuya fe cree pudo contribuir a su calma en el aterrizaje de emergencia. Fuera lo que fuese lo que tuvo en mente, Shults tuvo tiempo de agradecer el apoyo recibido. «Gracias por la ayuda chicos», dijo a la torre de control.  

Investigación

La Administración Federal de Aviación de EE.UU. ya ha ordenado la inspección de 220 motores del mismo modelo que explotó en pleno vuelo y que le costó la vida a Jennifer Riordan de 43 años.

Parte de su cuerpo fue succionado tras romperse la ventanilla junto a la que iba sentada debido al impacto de las esquirlas del motor. Dos pasajeros consiguieron atraparla y meterla nuevamente en el avión. Uno de ellos, Tim McGinty, trató de tapar el agujero con su espalda, aguantando veinte minutos una presión extrema.