Andrea Nahles, primera presidenta de la historia del Partido Socialdemócrata alemán

EFE

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RALPH ORLOWSKI | Reuters

Ha salido elegida jefa del partido con un 66 % de los votos

23 abr 2018 . Actualizado a las 01:08 h.

El Partido Socialdemócrata (SPD) eligió este domingo como su nueva presidenta a Andrea Nahles, hasta ahora líder de su grupo parlamentario, que se convierte así en la primera mujer al frente de una formación con 154 años de historia. Nahles, quien sucederá en el cargo a Martin Schulz, obtuvo 414 apoyos entre los 631 delegados presentes, lo que significa un 66,3 % del total de votos válidos en el congreso extraordinario del SPD, celebrado en la ciudad de Wiesbaden (oeste).

El resultado contrasta con el 100 % logrado un año atrás por Schulz, lo que se explica en parte en que esta vez había una candidatura alternativa, de la alcaldesa de Flensburg (norte), Simone Lange, quien obtuvo 172 votos. Nahles partía como clara favorita, ya que había sido designada por unanimidad por la cúpula del partido, mientras que Lange era una aspirante poco conocida y con escasas perspectivas de éxito.

Antes de la votación, Nahles había pedido el apoyo a sus correligionarios para presidir el partido, con el compromiso de liderar la renovación de la formación más antigua de Alemania. «Hoy, aquí, vamos a romper un techo de cristal», aseguró Nahles, en un vibrante discurso ante los 600 delegados, en alusión al hecho de que el SPD se disponía a colocar por primera vez en su historia a una mujer en su jefatura.

Pedro Sánchez saluda a Martin Schulz
Pedro Sánchez saluda a Martin Schulz CLEMENS BILAN | EFE

Nahles recordó el difícil camino recorrido por el SPD hasta aceptar entrar en una nueva gran coalición con la canciller Angela Merkel, desde la debilidad en que quedó el partido tras hundirse en su mínimo histórico -un 20,5 %- en las últimas elecciones generales. «Podemos renovarnos, desde dentro de la gran coalición», prometió Nahles, para calificar al SPD de «defensor de la justicia social» y recordar algunos de los logros con el sello del partido, como la implantación del salario mínimo interprofesional, conseguida en la anterior legislatura, con ella como ministra de Trabajo. Nahles cerró su discurso con una llamada a la unidad -«podemos lograrlo, pero eso no es cosa de una sola persona, sino de todos juntos»-, tras una intervención plagada de alusiones personales, incluida a su hija de seis años y a su madre, presente en la sala.

A Nahles, de 47 años, la respalda la cúpula en bloque, mientras que Lange, seis años más joven, es poco conocida incluso dentro del propio partido. Su rival se había presentado como la «alternativa real» para un partido que, recordó, «no puedo demorar por más tiempo su renovación», al tiempo que evocaba la figura del excanciller Willy Brandt, la figura más emblemática del SPD. El duelo entre dos candidaturas es el primero que vive el SPD desde que en 1995 el izquierdista Oskar Lafontaine arrebató la presidencia al moderado Rudolf Scharping, con un vibrante discurso en un congreso del partido.

Se trata del cuatro congreso del SPD en un año y el primero tras la formación de una nueva gran coalición bajo el liderazgo Merkel y la dimisión de Martin Schulz como presidente del partido. Schulz se había convertido en jefe del partido hace un año como gran esperanza para derrotar a Merkel, para acabar encajando una dura derrota.

De pequeña aspiraba ya a ser canciller

La primera mujer presidenta del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Andrea Nahles, se labró un nombre durante el último Gobierno del SPD, hace 15 años, cuando siendo diputada encabezó una rebelión interna para evitar que se aprobaran profundas reformas del sistema social. Ahora, convertida en jefa parlamentaria del SPD y tras ejercer de ministra de Trabajo la pasada legislatura, la política de 47 años busca devolver la ilusión a una formación sumida en una crisis de identidad y desmoralizada por las derrotas.

Nahles (1970, Mendig, en Renania-Palatinado) fue una figura clave para que los socialdemócratas aprobasen el acuerdo para formar una tercera coalición de Gobierno con los conservadores de Angela Merkel. De esta forma reforzó su autoridad en el partido y allanó el camino para convertirse en la candidata del SPD a la cancillería en las elecciones generales del 2021. Tendrá opción así de cumplir un sueño de juventud. En una revista de su colegio declaró que de mayor aspiraba a convertirse en «ama de casa o en canciller».

Separada y madre de una hija, Andrea Nahles es licenciada en Filosofía y Filología alemana y miembro del SPD desde que tenía 18 años. Fue líder de las juventudes socialdemócratas (los «Jusos»), por lo que conoce muy bien las bases, y en el 2009 fue elegida secretaria general del partido. Siendo ministra de Trabajo, sacó adelante numerosas iniciativas, entre ellas la aprobación del salario mínimo y mejoras en las jubilaciones, así como en las pensiones de los supervivientes del Holocausto.

En la memoria colectiva todavía está muy presente un enérgico discurso que Nahles pronunció en enero durante un complicado congreso en el que el SPD buscaba el apoyo de sus delegados para negociar la reedición de una gran coalición con Merkel. Muchos esperan que ese ímpetu contagie a las bases y sirva para recomponer a un partido hecho pedazos y que colecciona desastres electorales.

«Jefa en la recámara»

La nueva presidenta ha vivido en directo cada una de las crisis de la formación, desde la escisión provocada en 1998 por Oskar Lafontaine, quien abandonó el partido para fundar La Izquierda, hasta la erosión de electorado acentuada por las legislaturas en gran coalición bajo la canciller. La energética Nahles ha recorrido un largo camino, incluida la prórroga vivida desde su designación por unanimidad de la ejecutiva del partido, a finales del pasado febrero, hasta el congreso de ayer. Su rápida nominación para relevar a Schulz, quien renunció al cargo entre fuertes tensiones, desató críticas de las bases, recelosas de una solución desde arriba a la enésima crisis del partido.

Nahles está acostumbrada a ganar la partida con vibrantes discursos al borde de la afonía. Sus relaciones con Merkel no siempre han sido fáciles, pero la canciller valora su capacidad de trabajo, mientras que ella estima en esta su perseverancia. Su momento más difícil fue en el 2005, cuando precipitó la caída del entonces presidente del SPD, Franz Müntefering, leal a Gerhard Schröder y obligado a renunciar al imponerse ella como secretaria general en vez del candidato del aparato. Nahles se arrepintió, al borde de las lágrimas, de haber derribado a su jefe, a lo que siguió su renuncia a ocupar el cargo. Alcanzó la vicepresidencia del partido en 2017. A partir de ahí, ha sido una «jefa en la recámara» para un partido que, desde el adiós de Lafontaine, ha conocido nueve relevos en su presidencia.

En lo privado es tan combativa como en lo político: a los 16 años sufrió una grave lesión practicando deporte, que le dejó una cojera, y su frente está atravesada por una cicatriz resultado de accidente en coche, que no le quitó su pasión por la velocidad.