¿Son más felices los solteros?

CLÁUDIA MORÁN

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Mukhina1

LIBERTAD, VIDA SOCIAL... Son conceptos que solemos asociar con la soltería porque entendemos que la pareja «nos ata». O eso dicen. Pero, ¿y si estamos equivocados con el planteamiento? ¿Y si lo que está mal es nuestro concepto de las relaciones? O lo que es más grave: ¿Y si el problema somos nosotros mismos?

29 abr 2018 . Actualizado a las 16:04 h.

Hace tiempo que la frase «disfrutar de la soltería» cuenta con respaldo académico. Así lo confirmó la doctora en psicología de la Universidad de California Bella DePaulo con un estudio que demostraba que los solteros son más felices que los casados. ¿La razón? Que quienes no tienen pareja presentan más autosuficiencia y menos probabilidades de experimentar emociones negativas.

El estudio tiene lógica: son muchos los solteros que reconocen dedicarse más tiempo a sí mismos que cuando tenían pareja. Leen más, reflexionan más, se abren más a conocer gente nueva... «En ese sentido, claro que tiene ventajas», afirma la psicóloga Alejandra Dotor. Pero para esta profesional, el «éxito» de la soltería tiene una explicación más profunda. «Casi todos cometemos el mismo error: cuando estamos en pareja tendemos a crear un yo imaginario para alcanzar las expectativas del otro, pero que al final no se adecúa a ninguno de los dos. No hay que dejar el individualismo de cada uno, independientemente de estar o no en pareja».

CONTIGO Y SIN TI

Dotor no es la única psicóloga que sostiene esta teoría. Su homólogo Manuel Lage asegura que la felicidad «no es una cuestión del estado, sino del momento en el que está cada persona», por lo que «una relación con una misma persona en un momento puede ser sana y feliz y, en otro, no serlo». Ante la creencia de que las personas con pareja «desaparecen» de los círculos sociales, Lage también discrepa: «Hay personas que están solas y tienen menos relaciones sociales que otras que viven en pareja».

«Cerrarse a conocer gente nueva es una tendencia y no debería ser así», añade Alejandra Dotor, y afirma que «la libertad de conocer gente, apuntarte a un gimnasio y abrir tu círculo de amistades no debería ser propio de cierta condición». «Además, tener situaciones nuevas incluso es importante a nivel neurológico, ya que evita enfermedades como el alzhéimer», apunta.

Otra de las ventajas que se destaca de la soltería es que solemos mantener un mejor estado físico cuando no tenemos pareja. En otras palabras: como estamos más abiertos a conocer gente, nos cuidamos más para agradar al resto. Y eso, que para la psicóloga «tiene parte de verdad», es algo peligroso. Dotor insiste: «Tenemos que gustarnos, ante todo, a nosotros mismos». «Enamorar cada día a la persona con la que llevas 20 años es un reto precioso y maravilloso, pero no debemos perder la noción de que, ante todo, nos tenemos que gustar y estar sanos», explica.

PODER INDIVIDUAL

El tercer error que cometen muchas personas en una relación es dejar de lado las aficiones o el espacio individual. Dotor observa que abandonar nuestra realización personal no solo contribuye a «entrar en una monotonía constante, porque entonces, ¿qué cosas nuevas le puedes aportar a tu pareja?», sino que también supone «abandonar la sinceridad con uno mismo y con la otra persona».

Por ello, recomienda «tener siempre un espacio semanal para nosotros mismos», con pareja o sin ella. «Un rato de separación física es necesaria. Eso nos ayudará a estar bien y, por lo tanto, a estar bien con los demás».

«Los seres humanos somos seres sociales», subraya Manuel Lage, por lo que «tenemos inercia a compartir espacio y tiempo con otros», y eso explica que exista «la parte afectiva y sexual que buscamos en una pareja». Pero advierte que solo satisfacer esa tendencia natural «no nos dará la felicidad».

Visto lo visto, parece que tanto los defensores de la soltería como los que prefieren la vida en pareja suelen olvidarse de lo mismo: «Que la felicidad nunca puede depender de una persona ni de una cosa», afirma Lage. «Alguien o algo puede ayudar a que seamos más felices, pero todo depende del equilibrio de uno mismo, de estar en paz, de tener una buena autoestima o de sentirse realizado. Y eso puedes compartirlo con una o con cien personas», señala el psicólogo.

Al final, lo más efectivo para ser feliz será reconocer que la soltería no existe: con pareja o sin ella, nosotros mismos debemos ser nuestro amor para toda la vida.