La defensa de las mujeres asesinadas a través de #cuéntalo: «Me violaron y me mataron»

Javier Castro Bugarín / EFE

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Miles de mujeres han compartido sus experiencias en Twitter para denunciar agresiones sexuales

30 abr 2018 . Actualizado a las 16:23 h.

Durante años, las agresiones sexuales se han valido del «silencio» de sus víctimas para perpetuarse, una lacra social que está empezando a cambiar gracias a iniciativas en las redes como #cuéntalo que, según la escritora Laura Freixas, contribuye a destapar «los trapos sucios del patriarcado».

A lo largo del pasado fin de semana, miles de mujeres de distintos ámbitos han relatado en Twitter los casos de agresión sexual que sufrieron, lo que convirtió en tendencia mundial la etiqueta #cuéntalo, una iniciativa impulsada por la periodista Cristina Fallarás.

En declaraciones a Efe, Fallarás ha señalado que a través de #cuéntalo se pretende construir «una memoria común sobre el dolor de las mujeres».

«Las mujeres no tenemos relato porque nos lo han hurtado. Ya que las instituciones y los medios no han hecho el relato de la violencia contra la mujer, ha llegado el turno de hacerlo nosotras mismas a través de las redes sociales», ha afirmado la periodista.

En este sentido, ha destacado cómo la etiqueta «permite que las mujeres se identifiquen las unas con las otras».

«Una de las cosas más comentadas en #cuéntalo es lo de »creí que me pasaba sólo a mí« y eso, de repente, se convierte en algo que otra mujer ha vivido. Se rompe así con esa idea de que la violencia machista es un mito y de que sólo te pasa si eres una guarra o una exagerada», ha subrayado.

Para la escritora feminista Laura Freixas, este tipo de iniciativas, encargadas de sacar «los trapos sucios del patriarcado», consiguen concienciar tanto a mujeres como a hombres de que «una gran arma del sistema patriarcal ha sido siempre el silencio».

«Para las mujeres que hemos sido víctimas de abusos o agresiones leves, pero eficaces, creo que contarlo tiene el beneficio de sentirnos acompañadas, arropadas y por tanto más fuertes. Así, nos damos cuenta de hasta qué punto la violencia de baja intensidad forma parte de la cotidianeidad de las mujeres», ha manifestado.

Freixas ha constatado en primera persona cómo el ser víctimas de abusos y agresiones sexuales acaba por limitar la propia vida de las mujeres en múltiples aspectos. «Una vez intenté viajar sola por Portugal y mi intento duró 24 horas. A las 24 horas salí huyendo porque los chicos me seguían, me decían cosas, me vigilaban todo el rato».

«Todo eso nos limita en general en nuestra vida, no solo porque no podamos hacer grandes viajes, sino porque nos convence de la necesidad de tener un hombre al lado», ha añadido.

Según Timanfaya Hernández, psicóloga especializada en casos de abusos sexuales y violencia machista, el simple hecho de poder contar experiencias de este tipo supone «un paso importante en la recuperación psicológica de la víctima».

«Las personas que han sufrido abusos y no han podido hablar de ello, ni siquiera a sus personas más cercanas o a sus familiares, sin lugar a duda tienen una probabilidad muchísimo más alta de desarrollar otras patologías y problemas a nivel psicológico que aquellas que sí han podido hablar y trabajar sobre ello», ha asegurado.

Por otra parte, iniciativas como #MeToo o #cuéntalo han contribuido a que hoy las redes sean, según Freixas, «la punta de lanza» del movimiento feminista en el mundo.

De hecho, para Fallarás suponen un medio «mucho más digno» que los medios de comunicación para desarrollar un relato sobre el machismo, debido a que no requieren del compromiso de los hombres ni de amplias sumas de capital.

«En las redes hay voces individuales y honestas, no construcciones empresariales. Jamás deberían colarnos el mensaje de que las redes no son fiables. Las redes son maravillosas y gracias a ellas las mujeres estamos hablando después de toda la historia de la humanidad sin hacerlo», ha sentenciado Fallarás.