Trump impide que su candidata a la CIA se retire por estar implicada en torturas

Adriana Rey NUEVA YORK | CORRESPONSAL

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EFE | SHAWN THEW

La apoyó a través de Twitter: «¡A ganar Gina!»

08 may 2018 . Actualizado a las 07:22 h.

Después de un largo fin de semana de conversaciones telefónicas con Donald Trump, Gina Haspel ha decidido presentarse a su audiencia de confirmación en el Comité de Inteligencia del Senado como nominada para dirigir la CIA en sustitución de Mike Pompeo, actual secretario de Estado). «En estos tiempos peligrosos, tenemos a la persona mejor cualificada, una mujer, que los demócratas quieren fuera por ser demasiado dura con los terroristas. ¡A ganar Gina!», la apoyó el presidente en Twitter.

Las dudas de Haspel comenzaron la semana pasada durante los interrogatorios a los que le sometieron varios asistentes de la Casa Blanca para preparar sus intervenciones. La preocupación surgió por el pasado de la nominada y su papel en un antiguo programa de la CIA para detener e interrogar a sospechosos de Al Qaida en prisiones secretas en el extranjero. Una de ellas, la de Tailandia, fue dirigida por la propia Haspel quien además ordenó destruir cintas de vídeo que documentaban las torturas que allí se practicaban a través del ahogamiento simulado o waterboarding. Fue precisamente el temor a que este proceso dañase la reputación de la agencia lo que provocó que el viernes Haspel ofreciese su retirada.

Su oferta generó tal desconcierto que el sábado por la mañana la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders y el director de asuntos legislativos, Marc Short, se presentaron en la sede de la agencia en Langley para convencerla de que continuase con el proceso. «No hay nadie más cualificado para convertirse en la primera mujer en dirigir la CIA que la veterana con más de 30 años de experiencia, Gina Haspel», manifestó Sanders en la red social preferida del magnate. Sin embargo, y a pesar de varias horas de conversación, los funcionarios no lograron convencerla y tuvo que ser el propio presidente el que hablase con ella para que no tirase la toalla.

La nominación de Haspel había obtenido un amplio apoyo de los veteranos de la CIA, incluidos ex funcionarios de la Administración Obama. «Aquellos que conocen a la verdadera Gina Haspel la apoyan casi de manera unánime», dijo el portavoz de la agencia, Ryan Trapani. Se espera que Haspel enfrente preguntas difíciles sobre su papel en el programa de interrogatorios que surgió tras los atentados del 11-S.

Durante la campaña presidencial, Trump dijo sin pudor estar a favor de estas prácticas, aunque meses después aseguró haber reconsiderado su postura basándose en el consejo del secretario de Defensa, James Mattis, quien ve dichos métodos «innecesarios». Haspel defendió recientemente que rechazaría cualquier gestión para restaurar el cuestionado sistema de interrogatorios, una postura que, se espera, sea la que defienda en la Cámara Alta.