Explotación laboral en la meca japonesa del budismo

d. casas REDACCIÓN / LA VOZ

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JAGADEESH NV | Efe

Un monje denuncia a su templo por exceso de trabajo y le reclama 66.000 euros por los daños

18 may 2018 . Actualizado a las 07:10 h.

A la vista de lo ocurrido, parece que al monje budista de 40 años que ha denunciado a sus superiores por exceso de trabajo le ha abandonado una de las enseñanzas de esta doctrina milenaria originaria de la India. Y no es otra que la paciencia. O quizás no, si se tiene en cuenta que entre los preceptos de esta filosofía de la vida el «saber aguardar el tiempo oportuno para responder» es una virtud.

El religioso en cuestión trabajaba en uno de los templos de Koyasan, en el oeste de Japón. Durante los diez años que vivió recluido en aquel centro budista, su jornada laboral solo se interrumpía durante unas cuantas horas, las que dedicaba al sueño. Comenzaba a las 5 de la mañana para atender a las personas que se hospedaban en el lugar y a los visitantes que acudían a rezar, y terminaba bien entrada la noche. Una dinámica habitual, dicen, en 50 de los 117 templos que alberga el monte Koya, el complejo declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco y meca del budismo en Japón, que es donde trabajaba el religioso.

Tanta era la presión que acabó cogiendo una baja por depresión. Ya sanado, un año después, volvió al tajo. Nada cambió. Trabajo y más trabajo. De forma ininterrumpida. Primero, durante un mes seguido. Después, durante 64 días; y luego, otros 32.

Ahí se plantó. Ni la meditación, para la que, visto lo visto, ya apenas le quedaría tiempo, le hizo desistir de la idea de que la solución estaba en denunciar la explotación. Para, además, arrojar con ello luz sobre la gran carga de trabajo que sufren los encargados de gestionar estos templos, por cuyas instalaciones pasan cada año miles de turistas.

Su abogado hizo el resto. Y ahora el monje reclama una compensación 66.000 euros por los daños que le han ocasionado tantos días de tajo sin descanso y por las pagas no percibidas.