Blas Herrero: «El futuro de Duro Felguera pasa por un rescate»

Belén Molleda / EFE MADRID

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Blas Herrero
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El empresario asturiano, dispuesto a hacerse con el 51% de la empresa si no hay concurso de acreedores, asegura que no irá «a ningún precio» a una ampliación de capital porque «es insuficiente» para salvar a la compañía asturiana

19 may 2018 . Actualizado a las 10:52 h.

El empresario asturiano Blas Herrero, dueño de Grupo Radio Blanca que engloba medios como Kiss FM, ha asegurado que no va a ir a la ampliación de capital de Duro Felguera «a ningún precio», ya que está «seguro» de que, si la operación saliese en los términos planeados, «no salvaría la compañía, porque es insuficiente». Herrero, que ha promovido un grupo de empresarios para salvar esta compañía asturiana, ha afirmado que no quiere boicotear la operación, «bajo ningún concepto», pero que es su obligación advertir de que el «futuro de la compañía no pasa por una ampliación de capital, sino por un rescate». El empresario está dispuesto a hacerse con el 51 % de la empresa pero con una serie de condiciones y siempre y cuando la compañía no haya entrado en concurso de acreedores.

Duro Felguera, especializada en la ejecución de proyectos para los sectores energético e industrial, tiene previsto celebrar una Junta de Accionistas el próximo 15 de junio para aprobar una ampliación de capital por importe de 125,7 millones de euros. Esta ampliación se ha anunciado después de que la empresa aceptara hace unos días un acuerdo con la banca, que consiste en una reducción de la deuda financiera a 85 millones de euros y la emisión de obligaciones convertibles por 233 millones.

Blas Herrero, que ha insistido en que él «más que nadie» está interesado en salvar la compañía y apoyar a su tierra, está convencido de que la ampliación de capital «es insuficiente y lo que haría sería alargar unos meses de vida a Duro Felguera». Además, «yo todavía no he visto a nadie que quiera ir» a esa ampliación. Ha advertido además de que si no sale operación la empresa entraría en concurso de acreedores, momento en el que Herrero ya no mantendría su oferta, teniendo en cuenta que «una situación así supondría el desprestigio de la compañía y sería muy difícil que alguien diera una obra».

«Cualquier cosa hay que hacerla antes del 15 de junio», ha insistido este empresario, que ha recordado que él siempre ha estado interesado en la compañía desde que «entró en crisis» y que ya planteó a «todos» los bancos, entre ellos el Santander, una serie de condiciones para entrar en ella, entre ellas que la deuda de 310 millones de euros se convirtiera en capital. Que se haga una auditoría de los proyectos que están en marcha por valor de 900 millones de euros sería otra de las condiciones que pone este empresario. En Duro Felguera, «se debe de hacer como en los bancos, crear uno no bueno y otro malo; las obras buenas continuarlas y las malas venderlas y aceptar unas pérdidas con los países que las consideren».

A su juicio, es importante que se implique en la operación el Principado; las instituciones de índole nacional; los sindicatos, en tanto en cuanto la empresa requiere un ERE que permita vender sus activos y la plantilla se adecúe a la producción; y que todos sean conscientes de que «nadie tendrá ningún ingreso en los próximos 7 años». «De esta manera, todo el que entre en el proyecto tiene que estar implicado en su rescate», ha añadido. De lo contrario, Herrero no se plantea ir a una ampliación de capital. «Además, sin garantía ¿quién va a entrar?». «Nadie», ha respondido.

Duro Felguera, con más de 160 años de historia y unos 2.000 trabajadores, aumentó sus números rojos en el primer trimestre del año hasta los 16,9 millones de euros, frente a los 327.000 euros que perdió un año antes, según informó el pasado día 15 el grupo de ingeniería y bienes de equipo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La empresa explicó que los resultados del primer trimestre se vieron afectados por los problemas de liquidez derivados de la situación financiera, que provoca dificultades en la contratación de nuevos proyectos y una disminución del nivel de producción.

Herrero ve «muy complicado» el futuro de la compañía, por lo que ha pedido a todas las partes que se impliquen para salvarla, ya que, de lo contrario, los próximos resultados serán aún peores. Aunque al grupo de empresarios que iban a entrar con él en la operación, les ha «mareado mucho», ha afirmado que están dispuestos «a reiniciar la negociación» para adquirir el 51 % de la empresa si no se llega a efectuar la ampliación de capital, que, a su juicio, no serviría más que para alargar la vida de la compañía unos meses.