Los 46, la mejor edad para el sexo

Amanda Val

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A PARTIR DE LOS 40 nos conocemos mejor, sabemos lo que queremos y nos atrevemos a hacer todo aquello que no experimentamos a los 20. En la mitad de la vida volvemos a recuperar el tiempo tras la crianza de los niños y estamos más despejados en esa sabia máxima de que el coito no lo es todo. Cumplir años es un placer

26 may 2018 . Actualizado a las 17:35 h.

A mí ya me parecía que el cuerpo me estaba reaccionando de forma positiva, pero no sabía exactamente a qué se debía, qué había cambiado por dentro. Pero ahora lo sé. Son los 46 años que estoy disfrutando y que, según he sabido por un estudio, se elevan como la mejor edad para el sexo. Por supuesto para llegar a esta conclusión han tenido que responder las personas que han superado esa edad, así que los de 20 y 30 que no se me pongan gallitos y ya pueden empezar a coger papel y lápiz para entrenarse en lo que será un futuro prometedor. Algunos informes, como el de la investigadora estadounidense Debby Herbenick, apuntan que el sexo mejora con la edad y que a partir de los 40 es cuando se goza de mayor experiencia, creatividad y libertad. Tal vez por eso, su análisis concluye que el 61 % de las mujeres entre 18 y 34 años llegaron al clímax la última vez que tuvieron una relación, frente al 70 % de las que habían cumplido los 40 y 50.

«Está demostrado -indica la sexóloga Nayara Malnero- que la gente mayor valora más su vida sexual, básicamente porque bajan las exigencias, se sacan el tema del coito de la cabeza y empiezan a probar cosas nuevas. A partir de los 45 estamos más abiertos a probar nuevas experiencias y eso en el sexo es muy importante». De la misma opinión es Celia Blanco, periodista especializada en temas sexuales y autora del libro Con dos tacones. «La vida sexual -explica Blanco- empieza a ser buena pasados los 40. A esa edad la gente ha aprendido a explorar su cuerpo, también es la edad en la que se atreven a improvisar con otras sexualidades o a tener sexo con desconocidos, con el beneplácito de su pareja, si la tienen».

Los 45 y 46 marcan también la mitad de la vida y eso hace que algunos se replanteen su recorrido. «Es un momento de descubrimiento personal -indica Malnero-, de cambios, y es también una época en que se mira para atrás y se valora qué se ha logrado y qué queda por delante. Hay algunos que a esa edad dicen eso de ‘que me quiten lo bailao’, pero hay muchos otros que empiezan a bailar». Los 46 marcan el inicio de otro rumbo en el cuerpo de la mujer, que se aproxima a la menopausia, y aunque arranca una revolución hormonal, muchas se liberan de «quedarse embarazadas, que no es poco», concluye Malnero.

En cualquier caso, la sexóloga avanza que el deseo no tiene por qué descender con la edad, lo fundamental es no tener estrés -«el peor enemigo para el sexo»- y conocerse bien a uno mismo. Tal vez por eso, superados los 40 la mayoría se encuentren en ese instante en que por un lado aún son lo suficientemente «jóvenes» y por otro, son lo suficientemente adultos como para saber bien cómo, dónde y con quién disfrutar del sexo de la mejor manera. «Muchas parejas tienen a los hijos ya criados y se vuelven a reencontrar a esa edad, la gente vuelve a tener tiempo para sí misma y eso es también un punto a favor», dice Malnero.

Esta etapa es para Celia Blanco de lo más fascinante sexualmente: «Yo estoy a punto de cumplir los 46 y creo que es ahora cuando aprendemos a fijarnos en lo que de verdad nos importa, ya no es tanto el físico o la identidad de la persona con la que nos liamos. A los 46 tengo menos pudor para reclamar en la cama lo que más me gusta y dar lo que me piden; creo firmemente que ahora hago mejores felaciones que a los 23, pero como ya no me acuesto con los de entonces, no puedo confirmarlo. He aprendido a escuchar a los que se meten en mi cama y sé cómo llegar al orgasmo». «A los 23 estaría más buena, pero estaba menos empoderada», explica Blanco. Y aunque hay gente feliz e infeliz a cualquier edad en lo que respecta al sexo, el placer depende mucho, dice Malnero, de lo que tengas en la cabeza. También en el caso de los hombres: «Ellos cambian, es cierto que no tan bruscamente como nosotras, pero el que sabe adaptarse lo disfruta más. Hay mucho sexo más allá de la penetración». ¡Felices 46!