De todos los mecanismos capaces de influir en la temperatura media del planeta, existen dos fundamentales; las variaciones en la órbita alrededor del Sol y las erupciones volcánicas
28 may 2018 . Actualizado a las 08:06 h.De todos los mecanismos capaces de influir en la temperatura media del planeta, existen dos fundamentales; las variaciones en la órbita alrededor del Sol y las erupciones volcánicas. «Una erupción tiene dos efectos diferentes. Por un lado emite aerosoles que bloquean la radiación solar, disminuyendo las temperaturas. Por otra parte expulsa dióxido de carbono, incrementando el efecto invernadero y aumentando la temperatura», apunta el meteorólogo Juan Taboada. Claro que un solo volcán no puede calentar el planeta. Tendría que ser una cadena de erupciones simultáneas, como ocurrió hace 250 millones de años en el período conocido como Pérmico, cuando la vida estuvo al borde de la extinción. En cuanto a la posibilidad de enfriar el planeta, una nube volcánica debe tener ciertas características. La reciente explosión del volcán Kilauea, en Hawái, ha generado una nube que ha alcanzando ya 9.000 metros de altura. «Esta nube, igual que sucedió con el volcán islandés de hace unos años no ha conseguido alcanzar, de momento, la estratosfera, por lo que su afectación en el clima no debería ser medible a nivel global», añade Taboada.
En mayo de 1883 el volcán Krakatoa, en Sumatra, entró en erupción. La explosión se sintió en un área de 200 kilómetros y las cenizas alcanzaron los 80 kilómetros de altura, llegando a la estratosfera, una capa con escaso vapor de agua y movimiento vertical. Una vez ahí la nube puede expandirse con facilidad por el globo. En septiembre había alcanzado buena parte del hemisferio norte. Durante dos años la nube frenó la radiación solar y la temperatura media global descendió 0,5 grados. «En Hawái, la tropopausa, la capa que separa la troposfera de la estratosfera, está a 15 kilómetros de altura. La nube debería superar muy ampliamente los 10 kilómetros para tener un efecto de enfriamiento», comenta el físico. De momento, el Kilauea no representa una amenaza para el clima global. Aunque sí podría generar otro tipo de efectos meteorológicos adversos. La lava se encuentra ahora mismo al borde del Pacífico. El magma en contacto con el mar provoca gases tóxicos que darían lugar a nubes y lluvia ácida.