El PSOE apoya a Sánchez, pero le exige que no hable con los independentistas

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

Chema Moya

El líder socialista rehúsa concretar plazos sobre las elecciones si gana la moción

29 may 2018 . Actualizado a las 07:35 h.

Finalmente, el debate de la moción de censura arrancará el jueves y la votación será al día siguiente, todo una semana antes de lo previsto. Rajoy, a través de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, la encargada de fijar la fecha, ha jugado a acelerar todo al máximo, reduciendo así la capacidad de maniobra de Pedro Sánchez para recabar apoyos. Aunque lo cierto es que la fecha no ha incomodado al PSOE, que incluso ha dado su visto bueno a la propuesta. En Ferraz mantienen que no negociarán nada con ningún grupo parlamentario, en especial con los nacionalistas, tal y como exigen algunos de los barones territoriales de más peso. Creen que así el estrecho margen que resta hasta la votación no jugará en su contra. No necesitan el tiempo. Los socialistas tratan de reducir el debate que ha surgido alrededor de su iniciativa a la mínima expresión. Ayer lo confirmó el propio Pedro Sánchez durante su discurso de apertura del comité federal: «La pregunta es muy sencilla: si Rajoy puede ser presidente o no». Y volvió a apelar a «la responsabilidad» de los 350 diputados que integran la Cámara Baja. «Se trata de una respuesta constitucional ante una emergencia», reclamó.

Ante las dudas que puedan surgir entre los barones territoriales más desconfiados por un hipotético flirteo con los independentistas, Sánchez trató de tranquilizarlos garantizando que hará cumplir «el orden constitucional y la convivencia». Fuentes de la dirección son extremadamente contundentes en este punto: «Si nos votan, perfecto, pero no habrá nada a cambio». Las mismas fuentes detallan que el comité de ayer se celebró sin ninguna intervención crítica. Tan solo algunos barones aportaron matices, pero siempre respaldando a Sánchez en su aventura. Una de estas exigencias procedía de Susana Díaz, quien ya a su llegada dejó clara la postura que instantes después expresó ante el comité: nada de «concesiones ni acuerdos» con los independentistas. Otra llegaba del dirigente valenciano Ximo Puig, quien sugirió convocar elecciones más temprano que tarde en el hipotético caso de que prosperase la moción. Sánchez sigue apostando por constituir un Gobierno de transición formado en exclusiva por miembros del PSOE que sea capaz de devolver la «estabilidad» al país. Una vez logrado, convocar elecciones «para que los españoles decidan qué rumbo tomar durante los próximos años». El problema es que sigue sin concretar plazos, aunque otras fuentes socialistas sospechan que precisamente sea este su as en la manga para jugar en el último instante.

Poca confianza en triunfar

Lo cierto es que ni el propio Sánchez confía en que su moción salga adelante. «Es muy difícil», sostienen desde la dirección de Ferraz, pero se sentían «obligados a hacerlo». Además, creen que en caso de que no triunfe la figura del secretario general no saldrá lastimada. A falta de tres días para que se celebre la votación, tan solo tiene garantizado el apoyo de Podemos. Aunque ayer decidió que consultaría a las bases, la portavoz parlamentaria, Irene Montero, se lanzó a aventurar sin miedo que ya podía adivinar el resultado. Por su parte, los representantes del PDECat y de ERC mostraron ayer su indignación por que hasta ahora los socialistas no se hayan dirigido a ellos para pedirles su voto. Lo mismo en el PNV: «No nos han llamado siquiera, por lo que no sé si tienen mucho interés», comentaba ayer su portavoz parlamentario, Aitor Esteban. En C’s siguen rechazando facilitar la entrada de Sánchez en la Moncloa. Quieren elecciones. Piden una moción «instrumental» con un candidato independiente que lo único que haga sea disolver la Cámara y llamar a las urnas de manera inmediata.

Gonzalo Caballero: «A esquerda ten que dar un paso adiante»

La delegación gallega muestra su pleno respaldo a la moción para desalojar a Rajoy de la Moncloa

Un total de 260 integrantes del comité federal acudieron ayer al cuartel general del PSOE para mostrar su respaldo a Pedro Sánchez en su intento de desalojar del poder a Rajoy mediante una moción de censura.

Fue uno de los comités más numerosos a pesar de las circunstancias en las que se celebró: una convocatoria muy urgente y para un lunes laborable. Aun así, acudieron un 81 % de los miembros de este órgano socialista. Junto a Pilar Cancela, que forma parte de la dirección, por parte de la federación gallega acudieron once miembros liderados por Gonzalo Caballero, que se vieron sorprendidos por la lluvia de la capital.

La expedición gallega

El secretario xeral del PSdeG respaldó a Sánchez tan pronto como llegó a la sede. «A esquerda ten que dar un paso adiante», defendió muy en sintonía con una columna publicada recientemente en este periódico y celebrando que, como «partido de Goberno» que es, el PSOE en los últimos tiempos se esté sacudiendo todo tipo de «complexos».

Caballero repitió estas ideas durante su intervención, que llegó tras la de Susana Díaz (que apenas estuvo una hora en Madrid, ya que al acabar su discurso emprendió la vuelta), Ximo Puig, Francina Armengol, José Manuel Franco y Miquel Iceta, destacando la necesidad de desalojar del poder a «un partido inundado pola corrupción». Lo cierto es que el cierre de filas con el secretario general del partido fue total. «Desde Susana Díaz a Iceta», apunta una fuente de la federación gallega que estuvo presente en el comité, que como es habitual se celebra a puerta cerrada. En su mensaje para clausurar el acto, Sánchez lanzó una pregunta dirigida a Ciudadanos, rechazando sus prisas por una convocatoria electoral: «¿Qué tipo de democracia queremos, basada en los valores o en la demoscopia?».

Salvando esas pequeñas líneas rojas pintadas por algunos de los barones más críticos con los nacionalismos, el cierre de filas fue absoluto y el PSOE celebró uno de sus comités federales más tranquilos. El anterior había sido en la localidad madrileña de Aranjuez un par de meses atrás, cuando Pedro Sánchez aprovechó su triunfo en las primarias para modificar el reglamento del partido con el objetivo de escribirlo a su medida. Entonces hubo destacables ausencias entre sus críticos, que se negaron a acudir a su coronación. El secretario general agradeció la respuesta de ayer a su convocatoria.