Detractores y partidarios discuten sobre la decisión de Emmanuel Macron sobre el inmigrante de Mali que escaló 4 pisos para salvar a un niño
30 may 2018 . Actualizado a las 13:12 h.Ser un héroe es agotador, más que escalar cuatro pisos, y eso se nota en el rostro de Mamoudou Gassama, de 22 años de edad. Ha recogido su permiso de residencia, el primer paso para conseguir la nacionalización, con un escueto «Gracias, Francia».
Las gracias se las ha dado también a él la familia del niño de cuatro años al que salvó tras escalar cuatro pisos, balcón tras balcón, hasta llegar al pequeño. Para empezar se lo ha agradecido la abuela que, con la madre del menor, vive en la isla de Reunión, territorio francés en el Índico. El padre se enfrenta ahora a una pena de hasta dos años de cárcel por descuidar sus obligaciones al dejarlo solo en casa.
En cuanto a Mamoudou Gassama, a sus honores y a sus papeles-exprés hay quien considera hipócrita premiarle mientras se tramita una ley para acelerar la deportación del resto de inmigrantes sin papeles.
Por otro lado, algunos critican que se le conceda un trato de favo aunque realmente no es así. El Código Civil permite agilizar la nacionalización por un servicio excepcional al país. El presidente Macron lo resume así. Francia es una voluntad de compromiso, y él la ha demostrado de sobra.
Además el héroe de Francia, tal y como se le conoce tras su acción salvadora, ha firmado un contrato para colaborar durante diez meses en la brigada de bomberos de París «para que pueda repetir a diario su gesto de valentía».
El rescate del joven maliense no tardó en hacerse viral en las redes y fue alabado, además de por Emmanuel Macron, por diversos políticos, por el ministro francés de Interior, Gérard Collomb, y por el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta, entre otros.
