El PNV entrega la Moncloa a Pedro Sánchez

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID

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Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, durante un debate en la pasada legislatura
Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, durante un debate en la pasada legislatura Kiko Huesca

Solo una improbable dimisión de Rajoy in extremis evitaría que los socialistas reconquistasen el poder

31 may 2018 . Actualizado a las 18:04 h.

La moción de censura presentada por Pedro Sánchez prospera y, salvo un improbable inesperado giro de última hora, el secretario general socialista asumirá mañana la presidencia del Gobierno. El PNV ha terminado de deshojar su margarita y su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, ha confirmado en el debate de esta tarde que sus cinco diputados decantarán la balanza hacia el cambio de signo en el Ejecutivo durante la votación de mañana, prevista para las 13.30. Pedro Sánchez logra reunir así los 176 apoyos que necesitaba para sacar adelante su órdago, que a pesar de las bajas expectativas con las que nació, finalmente ha terminado por cuajar.

El debate de este jueves ya ofreció una buena pista de hacia dónde iban los tiros. Con el paso de las horas, los parlamentarios populares mostraban caras cada vez más largas, mientras los socialistas estiraban sus sonrisas, todavía contenidas. Además, el teléfono del presidente del Gobierno no sonó en toda la mañana, con lo que se confirmaban todos los pronósticos del Ejecutivo.

La sentencia de la Gürtel, pero también el miedo de los nacionalistas vascos a quedarse en solitario sosteniendo a Rajoy, han decidido el voto. Eso, y que el aspirante, Pedro Sánchez, garantizó que no tocaría las cuentas aprobadas la pasada semana en el Congreso, muy ventajosas para sus intereses, rechazadas por los socialistas.

Las intervenciones de Rajoy fueron ataques constantes contra los socialistas y contra la amalgama de partidos que sostendrán este nuevo «Gobierno Frankestein», como le llama el dirigente popular; mientras, Sánchez, que se dedicó a no pisar charcos y a lanzar caricias a los nacionalistas e independentistas, parecía el presidente.

La única posibilidad de que este se quede sin conquistar la Moncloa es que Rajoy presente su dimisión antes de que mañana se produzca la votación, un extremo que descartan tanto fuentes de Moncloa como de Génova. En el remoto caso de que finalmente diese ese paso, se abriría un nuevo escenario, con un Gobierno en funciones y la apertura de una nueva ronda de consultas por parte del rey.

Rajoy encajó mal la derrota y se ausentó del pleno durante toda la tarde. Le toca empezar a pensar en la mudanza y en el futuro del partido, severamente castigado por un goteo constante de casos de corrupción.