Baño de sangre en Nicaragua: otros 15 muertos en las marchas contra Ortega

HÉCTOR ESTEPA BOGOTÁ / E. LA VOZ

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OSWALDO RIVAS

Las imágenes muestran a grupos de paramilitares disparando contra una protesta

01 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Nuevo baño de sangre en Nicaragua. Al menos 15 personas murieron y 199 resultaron heridas el miércoles en una nueva jornada de manifestaciones contra el Gobierno del ex guerrillero y presidente Daniel Ortega, según el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh) y la ministra de Salud de Nicaragua, Sonia Castro. En diferentes centros de salud públicos y privados «se dio atención a 199 personas que resultaron lesionadas y también tenemos los 15 fallecidos», dijo Castro verbalizando por primera vez la gravedad de las protestas contra el Gobierno, hasta ahora minimizadas por el presidente y sus colaboradores.

La mayoría de las víctimas se produjeron en Managua, donde se celebraba una multitudinaria marcha -podrían haber asistido unas 500.000 personas- para reclamar justicia para las madres de los más de 90 fallecidos contabilizados en los últimos 40 días de protestas, a pesar de las negativas del Gobierno.

La manifestación habría sido atacada por paramilitares armados pro gubernamentales en colaboración con las fuerzas del orden, según los testimonios vertidos en la prensa local.

El Nuevo Diario, uno de los periódicos más leídos de Nicaragua, publicó ayer en portada la imagen de una persona vestida de civil con un fusil de asalto disparando hacia la multitud hombro con hombro junto a al menos un uniformado de la Policía Nacional.

Varias de las víctimas presentaban una «exposición de masa encefálica», según explicó ayer Marcos Carmona, secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, que le hace presumir que los disparos provenían de rifles de precisión semiautomáticos soviéticos Dragunov, utilizados para operaciones especiales. 

Caos y tiros

Los disparos causaron numerosas escenas de caos entre los manifestantes. Muchos se refugiaron en la catedral de Managua y en la Universidad Centroamericana para evitar la muerte.

El subdirector de la Policía Nacional, comisionado Francisco Díaz, intentó escurrir el bulto ante las acusaciones que responsabilizan al oficialismo de la autoría de los tiroteos y atribuyó la violencia a «grupos delincuenciales que operan encapuchados, motorizados con armas de fuego y bombas molotov» vinculados a sectores antigubernamentales.

Al menos tres de los fallecidos ayer eran simpatizantes del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), según los medios oficialistas. Dos de ellos habrían participado en una contramarcha organizada en Managua por el Ejecutivo, dando cuenta de la generalización de la violencia mortal en Nicaragua.

Mientras tanto, Daniel Ortega sigue perdiendo apoyos en todo el país. El último significativo es el del influyente empresario y hombre más rico de Nicaragua, Carlos Pellas, que pidió adelantar las elecciones. Pero el presidente promete no dimitir.