Una pastilla hormonal mejora la supervivencia en cáncer de próstata

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El Congreso reúne en Chicago a treinta mil oncólogos hasta el próximo martes
El Congreso reúne en Chicago a treinta mil oncólogos hasta el próximo martes R. Romar

La terapia, que evita la quimio, se presenta en el mayor congreso oncológico mundial

20 feb 2019 . Actualizado a las 20:23 h.

«Es muy interesante y prometedor. Hay varios laboratorios en el mundo estudiando esto». Así se refería este viernes Rafael López, director del grupo de Oncología Médica Transnacional (Oncomet) del hospital de Santiago a otro de los avances que se presentarán estos días en el congreso Asco de Chicago: un nuevo tipo de análisis de sangre que puede detectar, con distinto grado de acierto, hasta diez tipos de tumores antes de que se desarrollen, lo que podría llevar a efectivos programas de prevención. Se trata de una de las iniciativas más prometedoras de biopsia líquida, una de las áreas en las que el equipo de López es pionero desde Galicia y en el que ya está diagnosticando a pacientes de distintos tipos de cáncer a partir de muestras de sangre o de otro tipo de fluidos.

López es uno de los investigadores gallegos que participa en Asco, donde también se dará a conocer este sábado el nuevo estudio realizado por el Centro Cleveland de Ohio (EE.UU.).

Los científicos comprobaron que el simple procedimiento, que detecta «trazos genéticos de cánceres», tiene hasta un 90 % de fiabilidad en algunos casos.

La prueba consiste en buscar «fragmentos de ADN liberados al flujo sanguíneo por células cancerígenas de crecimiento rápido». El autor del estudio, Eric Klein, dice que el análisis de sangre «es potencialmente el santo grial de la investigación» sobre esta enfermedad, al «poder detectar cánceres que ahora son difíciles de curar en una fase temprana, cuando son más fáciles de tratar». La mayoría de los tumores se detectan en fases tardías, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz.

Es inevitable. La castración química es hasta el momento la única opción para los pacientes con cáncer de próstata metastásico. Son los casos más graves de un tumor que es el más frecuente en varones en el mundo, pero que en general tiene un elevado porcentaje de curación. Salvo en los casos más graves y agresivos en los que las células malignas empiezan a colonizar con rapidez otros órganos. Un cóctel químico que suprima las hormonas masculinas -aunque en algunos países se opta directamente por la cirugía- es la opción más viable de tratamiento, a lo que en los últimos años se ha sumado la aplicación de quimioterapia en los estados iniciales de la enfermedad. Es una alternativa efectiva que ha permitido ampliar la esperanza de vida de los pacientes hasta en veinte meses, pero que presenta efectos secundarios.

Una solución menos agresiva es la administración a los enfermos de acetato de abiraterona, un inhibidor de las hormonas masculinas y que, al contrario de la quimioterapia, no produce efectos secundarios. Y a diferencia del fármaco específico para el cáncer tampoco es necesario inyectarlo en vena, sino que puede tomarse como una simple pastilla para lograr los mismos efectos en la supervivencia de los pacientes. De lo que no podrán librarse los enfermos es de la castración química. Así se recoge en estudio clínico en fase III, denominado Latitude, realizado a 1.207 pacientes y que se presentó este viernes en el congreso Asco de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (Asco), el mayor congreso del cáncer del mundo que reúne desde hasta el próximo martes a cerca de 30.000 especialistas en Chicago.  

Gran avance

El estudio, promovido por el laboratorio Janssen, se encuentra en fase muy avanzada y podría suponer una media de supervivencia para los pacientes de entre 15 y 20 meses. «Es uno de los avances más importantes que se han producido en la especialidad en los últimos años», apunto de los oncólogos que participa en el congreso norteamericano.

El cáncer de próstata es uno de los tumores que ha experimentado mayores avances en los últimos tiempos. «En los últimos diez años se ha duplicado la esperanza de vida de los pacientes», destaca David Olmos, jefe de grupo de Cáncer de Próstata en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Pero, aún así, todavía queda mucho por hacer. Sobre todo en lo que se refiere al tratamiento personalizado de la enfermedad, algo en lo que apenas se ha avanzado, a diferencia de lo que ocurre con otras patologías cancerígenas. «Estamos todavía en la etapa del café para todos, de la quimioterapia para todos, porque aún no sabemos cuál es el tratamiento más adecuado para cada enfermo, no disponemos aún de unos marcadores que nos indiquen que a este paciente hay que darle este y al otro esto otro», explica de forma gráfica Elena Castro, investigadora sénior en el CNIO y clínica en el hospital Quirón de Madrid.

Si el marcador habitual del tumor de próstata es el antígeno PSA, ahora también se está trabajando en el PSMA una proteína situada en la membrana de estas células que también se expresan en estos tumores. Esta proteína puede marcarse con radioisótopos, como el galio 68, y luego practicar una tomografía por emisión de positrones (PET). «Esto -apunta Olmos- nos permite ver todas las partes del tumor para realizar un diagnóstico más temprano y más preciso». De cara al tratamiento, a esta misma proteína se le puede incluir un elemento, el lutecio radiactivo, para destruir el tumor. Pero aún habrá que esperar.