Aznar reaparece para cargar contra Rajoy y ofrecerse ahora a reconstruir el centroderecha

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Kiko Huesca | EFE

Defiende su trayectoria «personal y política» ante los que están «intentando mancharla»

06 jun 2018 . Actualizado a las 09:53 h.

«Contribuiría con mucho gusto para que los españoles pudiesen tener esa mayor garantía de estabilidad y de seguridad en el futuro». Tan solo unas horas después de que Mariano Rajoy anunciase su renuncia a seguir al frente del PP, su antecesor en el cargo, el también expresidente del Gobierno José María Aznar, se ofreció de esta manera a reconstruir el centroderecha español, que en estos momentos consideró totalmente «desarticulado».

Aznar denunció que las formaciones políticas atraviesan una grave crisis, pero también apuntó que existe un problema de «liderazgo», algo que sorprendió, por haber sido él mismo el único responsable de haber puesto a Rajoy al frente del partido. Según Aznar, estas fricciones entre formaciones suponen una gran amenaza. El exdirigente popular cursó este envenenado ofrecimiento para ser el pegamento del centroderecha en una jornada «emocionante y animada», dijo, mientras esbozaba pequeñas sonrisas; y lo hizo «a título particular desde una posición independiente», tratando de acallar los rumores que lo sitúan con fuerza en la órbita de Albert Rivera y de Ciudadanos, partido que se ha convertido en el gran rival del PP. «Mi compromiso es con mi país y con los españoles. No tengo ningún compromiso partidario ni me siento representado por nadie», reiteró.

Aznar también eludió hacer cualquier tipo de autocrítica sobre la situación en la que dejó el partido a su salida, aun cuando la gran mayoría de las sentencias sobre corrupción que golpean a los populares se gestaron con él al frente. Es más, incluso se permitió dar lecciones sobre el asunto: «Yo respondo de mis actos, desde el primero hasta el último», dijo, recordando unas palabras pronunciadas hace tres años por él mismo durante una convención nacional en la que habló de la corrupción «como un cáncer» intolerable.

Su herencia en Génova

Además, acusó a la prensa de haber vertido en los últimos días acusaciones «muy graves» sobre su persona, coincidiendo con la salida a la luz pública de una de las corruptelas que salpicaron a la antigua cúpula popular, la de Eduardo Zaplana, entonces uno de sus más estrechos colaboradores. En su discurso de despedida, Rajoy dedicó un breve espacio a denunciar que le había tocado lidiar con alguno de estos escándalos sin merecerlo. «He asumido mis errores, y también los que no eran míos», comentó sobre la herencia recibida.

Sin mencionarlo de forma expresa, Aznar también acusó a Rajoy de ser el principal culpable de que el desafío secesionista se mantenga activo. «El golpe sigue», lamentó, y consideró insuficiente la actuación de los tribunales y la convocatoria electoral del pasado diciembre en aplicación del artículo 155 de la Constitución. También llamó a poner fin a los apoyos «mediáticos y financieros» con los que se nutren los secesionistas.

«Desleal hasta el final»

Fuentes de la dirección popular que siguieron con atención su discurso lo calificaron como tan solo el último de los golpes bajos del expresidente contra quien fue su sucesor. «Desleal hasta el final», apuntó uno de sus miembros.

A la mañana siguiente fue el propio Rajoy quién le respondió. En una entrevista en la cadena COPE el expresidente del Gobierno quiso dejar claro que «el centro-derecha no hay que reconstruirlo. El partido del centro-derecha en España es el PP, que tiene 137 escaños, es decir tiene 50 escaños mas que el segundo, el PSOE, y ha ganado todas las últimas elecciones generales».

El pontevedrés también marcó -sin expresarlo directamente- distancias con Aznar al explicar su futuro papel: «Estaré a la orden del presidente de mi partido y seré un simple militante de base. No tendré actividad política», ha garantizado antes de aseverar: «Mi conciencia y mis 40 años de pertenencia al PP me exigen ser leal y tengan la absoluta seguridad de que lo seré».