La OEA aísla aún más a Maduro

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

HANDOUT | Reuters

EE.UU. logró el respaldo de 19 países para castigar a Venezuela y exigen nuevas elecciones antes del 20 de enero

07 jun 2018 . Actualizado a las 07:28 h.

Aunque el Gobierno venezolano restó importancia a la decisión de 19 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) que no reconocer las elecciones del pasado 20 de mayo en las que resultó reelecto Nicolás Maduro, analistas señalaron que la decisión representa una nueva vuelta de tuerca en el aislamiento internacional a la revolución bolivariana, acusada de dictatorial y violadora de derechos humanos.

«Estados Unidos no controla ni a la OEA», señaló el canciller venezolano, Jorge Arreaza, ayer, tras una prolongada sesión de dos días en la que también se inició el procedimiento para suspender a Venezuela de la organización, lo que se decidiría en una próxima asamblea extraordinaria del grupo.

Esa decisión, señaló el ministro de Exteriores (muy criticado por su posición en las discusiones, retadora y a ratos francamente grosera), no tiene efectos para el Gobierno de Maduro, que ya anunció que se retira de la OEA, como en los 90 hizo el Perú de Fujimori. «Estamos contando los días», afirmó Maduro.

Su vicepresidente, Tarek El Aissami (acusado por narcotráfico en EE.UU.) señaló que el hecho de que Venezuela no haya tenido los 24 votos (dos tercios) en contra, que hubieran bastado para una suspensión inmediata, «es una nueva derrota del imperialismo», pues Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, se había jactado de ya tener el número de apoyos necesarios para sacar al país del organismo.

Solo tres aliados

Pero el experto Mariano De Alba señaló que la votación demuestra la soledad de Maduro, pues solo tres naciones votaron en contra del desconocimiento de las elecciones: Bolivia y las pequeñas islas caribeñas de Dominica (73.000 habitantes) y San Vicente y Granadinas (110 .000).

Países que antes votaban a favor de Venezuela, como Haití y (sorprendentemente) Nicaragua se abstuvieron; y República Dominicana, que llegó a albergar los diálogos entre el Gobierno de Maduro y la oposición, votaron, por primera vez, por desconocer las elecciones de mayo.

Miguel Vargas, el canciller dominicano, que participó en las conversaciones que se prolongaron hasta diciembre, indicó que «en Santo Domingo intentamos que el proceso electoral en Venezuela estuviera rodeado de garantías, pero fue imposible vencer la inexistencia de una voluntad para alcanzar un acuerdo entre el Gobierno de Venezuela y la oposición». El propio presidente dominicano, Danilo Medina, ya había rechazado en términos muy fuertes la posibilidad de mediar en un nuevo diálogo entre Maduro y sus contendientes, tras un anuncio de su participación hecho por el mandatario venezolano días después de los comicios cuestionados.

Posibles sanciones

«Medina fue testigo de que Maduro no tiene voluntad real de buscar soluciones a la crisis y les hizo perder el tiempo», señaló De Alba, quien agregó que «el peso real de la resolución de la OEA es que se está abriendo la posibilidad para que países de América Latina, como Argentina y Chile, adopten sanciones (a funcionarios venezolanos) para aumentar la presión. La tradición en América Latina es que las sanciones no se adoptan sin una decisión de un organismo multilateral».

Luis Álvarez, director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, señala que, aunque el Gobierno de Maduro salió derrotado, EE.UU. tampoco logró sus objetivos, pese a la fuerte presión que hizo sobre países como Haití y Ecuador, que finalmente terminaron absteniéndose.

Petición opositora

Tras la decisión, la oposición proscrita venezolana, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática, señaló en un comunicado que el fallo de la OEA lleva «inevitablemente» a un nuevo proceso electoral, esta vez con garantías democráticas. Esta es la posición que comparten los países que impulsaron la moción: La realización de unas elecciones creíbles, y no a la medida de Maduro, antes del 10 de enero, cuando comienza un nuevo período constitucional en Venezuela.