La voluntariosa portavoz que quería contestar a todo aunque no lo supiera

f. b. MADRID / LA VOZ

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BALLESTEROS | EFE

La titular de Educación, Isabel Celaá, debutó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros

09 jun 2018 . Actualizado a las 16:13 h.

El nuevo Gobierno se enfrentó ayer a su primera comparecencia en la que concedieron preguntas a la prensa. Fue tras el primer Consejo de Ministros, y corrió a cargo de su portavoz, la titular de Educación y FP, Isabel Celaá.

Llegó sonriente y pidiendo clemencia con las preguntas, convencida de que no podría ser de otra manera, debido a que apenas habían tenido tiempo para trabajar y que muchos de los puntos de actualidad no se habían ni tocado. Eso sí, totalmente dispuesta a conceder la palabra a todos y cada uno de los más de 60 periodistas que ayer abarrotaban la sala. Tras una breve intervención en la que ensalzó la valía de sus compañeros de Gabinete, empezó a dar el turno. «Vamos a empezar por la izquierda», bromeó. Y comenzaron a sucederse las interpelaciones. Llegaba con cuatro temas bien aprendidos: su Gobierno es feminista, su Gobierno es europeísta, su Gobierno llega para regenerar el país y su Gobierno defiende el diálogo, pero siempre dentro del marco constitucional.

«Asunto personal de Pedro»

Lejos de ahí, demostró una gran capacidad para no contestar, aunque lejos de lo que sucedía con su antecesor, Méndez de Vigo, cuya intención muchas veces era la de no pisar ningún charco, Celaá, directamente, no tenía mucha idea de alguno de los temas que le preguntaban; y si la tenía, lo disimulaba maravillosamente. Se le preguntó por la convocatoria electoral a la que se comprometió el ahora presidente del Gobierno durante la moción de censura; «ese es un asunto personal de Pedro», vino a decir.

Se organizó un pequeño lío con el anuncio de la retirada del control financiero preventivo a Cataluña. Fuentes de la Moncloa admitieron que esta medida aprobada en el primer Consejo de Ministros era la de mayor impacto, la que habían acordado «vender» a la prensa en la rueda de prensa de ayer para demostrar ese talante conciliador del que presume el nuevo Gobierno, pero, al no dominar el tema en profundidad, la portavoz no lograba aclarar los detalles.

El reloj marcaba las 15.00. Todavía faltaban al menos 40 periodistas por formular su doble, en ocasiones triple o incluso cuádruple pregunta, y el secretario de Estado de Comunicación, que también debutaba ayer, se acercó a Celaá para decirle que habría que cortar en algún momento, porque la gente suele comer y a este paso nos iban a dar las uvas. Pero si por ella dependiese, ahí seguiría, dando la palabra.